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Histórica cirugía: trasplantan un hígado de cerdo vivo a un paciente humano en un avance médico revolucionario
A pesar del éxito inicial del injerto, el paciente de 71 años enfrentó complicaciones graves y falleció meses después, resaltando los retos del xenotrasplante.
Publicado: 9 de octubre de 2025, 07:07
En un avance significativo para la medicina, un equipo de cirujanos en China ha realizado con éxito el primer trasplante de un hígado de cerdo modificado genéticamente a un paciente vivo. Este logro, publicado en el Journal of Hepatology, representa un hito tanto por la complejidad del procedimiento como por los desafíos éticos y médicos que plantea.
El paciente, un hombre de 71 años, sufría de cirrosis por hepatitis B y carcinoma hepatocelular. Su caso ha sido destacado por los investigadores, ya que aunque sobrevivió durante 171 días tras la operación, enfrentó complicaciones severas que llevaron al eventual fracaso del injerto. Durante el primer mes, el injerto funcionó adecuadamente, produciendo bilis y factores de coagulación, sin evidencias de rechazo. Sin embargo, a partir del trigésimo octavo día, el paciente desarrolló complicaciones graves, como una microangiopatía trombótica, lo que obligó a los médicos a retirar el injerto. Posteriormente, el paciente sufrió varios episodios de hemorragias y falleció 171 días después de la intervención.
Este caso pone de manifiesto tanto las esperanzas como los retos del xenotrasplante. Aunque se ha demostrado que un hígado porcino puede funcionar en el cuerpo humano durante un período prolongado, existen serias complicaciones que deben ser superadas, especialmente en lo que respecta a la coagulación y las respuestas inmunológicas. Según Beicheng Sun, investigador principal del estudio, "este caso representa un paso fundamental hacia adelante, pero también revela que hay muchos obstáculos por delante".
El estudio, que también cuenta con elogios de expertos como Iván Fernández Vega, resalta el potencial del xenotrasplante como una alternativa prometedora para aquellos en espera de un órgano humano compatible. Sin embargo, todos coinciden en que estos procedimientos deben considerarse estrictamente experimentales, y es imperativo seguir investigando las implicaciones éticas y biológicas antes de que se puedan realizar trasplantes en un contexto clínico más amplio.
El paciente, un hombre de 71 años, sufría de cirrosis por hepatitis B y carcinoma hepatocelular. Su caso ha sido destacado por los investigadores, ya que aunque sobrevivió durante 171 días tras la operación, enfrentó complicaciones severas que llevaron al eventual fracaso del injerto. Durante el primer mes, el injerto funcionó adecuadamente, produciendo bilis y factores de coagulación, sin evidencias de rechazo. Sin embargo, a partir del trigésimo octavo día, el paciente desarrolló complicaciones graves, como una microangiopatía trombótica, lo que obligó a los médicos a retirar el injerto. Posteriormente, el paciente sufrió varios episodios de hemorragias y falleció 171 días después de la intervención.
Este caso pone de manifiesto tanto las esperanzas como los retos del xenotrasplante. Aunque se ha demostrado que un hígado porcino puede funcionar en el cuerpo humano durante un período prolongado, existen serias complicaciones que deben ser superadas, especialmente en lo que respecta a la coagulación y las respuestas inmunológicas. Según Beicheng Sun, investigador principal del estudio, "este caso representa un paso fundamental hacia adelante, pero también revela que hay muchos obstáculos por delante".
El estudio, que también cuenta con elogios de expertos como Iván Fernández Vega, resalta el potencial del xenotrasplante como una alternativa prometedora para aquellos en espera de un órgano humano compatible. Sin embargo, todos coinciden en que estos procedimientos deben considerarse estrictamente experimentales, y es imperativo seguir investigando las implicaciones éticas y biológicas antes de que se puedan realizar trasplantes en un contexto clínico más amplio.