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Harvard cierra sus oficinas de diversidad en medio de presiones políticas de Trump y reestructura su apoyo a estudiantes
La universidad reubicará a su personal en una nueva oficina, pero asegura que los servicios continuarán disponibles para todos los estudiantes.
Publicado: 25 de julio de 2025, 12:33
La Universidad de Harvard ha decidido cerrar sus oficinas de diversidad y trasladar a su personal a la nueva Oficina de Cultura Académica y Comunidad (OCC) en respuesta a críticas del presidente Donald Trump. Aproximadamente 50 empleados, incluidos más de 15 becarios, serán reubicados, aunque la universidad ha enfatizado que los servicios previamente ofrecidos estarán disponibles para todos los estudiantes.
Esta decisión se produce en un contexto de tensiones políticas, donde la administración Trump ha cuestionado la gestión del antisemitismo en el campus y los derechos civiles de estudiantes judíos, lo que ha llevado a Harvard a enfrentar la presión de revisar sus políticas de diversidad y a sufrir consecuencias financieras debido al congelamiento de fondos federales por parte del gobierno. Además, la administración Trump ha intentado prohibir la matrícula de estudiantes extranjeros en Harvard, una medida que fue paralizada indefinidamente por una jueza federal, y ha congelado más de 2.000 millones de dólares en fondos federales, cuestión que se sigue debatiendo en un tribunal de Boston.
A pesar de la reestructuración, la universidad no ha confirmado que las decisiones estén directamente relacionadas con las advertencias legales de la administración Trump. El decano de la Universidad, David J. Daming, aseguró en un correo electrónico a su personal que esta nueva estructura busca materializar su compromiso de apoyar a todos los estudiantes y fomentar una comunidad inclusiva, a pesar de los cambios legislativos. Se han dado indicios de que este movimiento busca alinearse más con las expectativas políticas actuales sin comprometer el soporte a una comunidad inclusiva.
Esta decisión se produce en un contexto de tensiones políticas, donde la administración Trump ha cuestionado la gestión del antisemitismo en el campus y los derechos civiles de estudiantes judíos, lo que ha llevado a Harvard a enfrentar la presión de revisar sus políticas de diversidad y a sufrir consecuencias financieras debido al congelamiento de fondos federales por parte del gobierno. Además, la administración Trump ha intentado prohibir la matrícula de estudiantes extranjeros en Harvard, una medida que fue paralizada indefinidamente por una jueza federal, y ha congelado más de 2.000 millones de dólares en fondos federales, cuestión que se sigue debatiendo en un tribunal de Boston.
A pesar de la reestructuración, la universidad no ha confirmado que las decisiones estén directamente relacionadas con las advertencias legales de la administración Trump. El decano de la Universidad, David J. Daming, aseguró en un correo electrónico a su personal que esta nueva estructura busca materializar su compromiso de apoyar a todos los estudiantes y fomentar una comunidad inclusiva, a pesar de los cambios legislativos. Se han dado indicios de que este movimiento busca alinearse más con las expectativas políticas actuales sin comprometer el soporte a una comunidad inclusiva.