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Galicia y Portugal enfrentan graves incendios forestales en medio de alertas por temperaturas extremas

La situación de los incendios en Galicia y el estado de alerta en Portugal resaltan la gravedad de la crisis ambiental en la península Ibérica.

Publicado: 3 de agosto de 2025, 18:51

En las últimas semanas, la península Ibérica ha sido asolada por un contexto de incendios forestales, intensificados por una ola de calor sin precedentes que ha llevado a temperaturas superiores a los 40 grados. En Galicia, España, la Xunta ha declarado que el incendio de Vilardevós ha destruido más de 570 hectáreas, aunque la conselleira do Medio Rural, María José Gómez, considera que la situación es 'bastante estable' y se ha desactivado a última hora el nivel 2 de emergencia tras reducirse el riesgo en los núcleos habitados. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica con cinco fuegos activos en total, que han calcinado más de 1.300 hectáreas en la región, lo que ha llevado a la evacuación de playas y el corte de carreteras. Las condiciones meteorológicas podrían complicar la extinción, ya que se espera un aumento de las temperaturas y variaciones en la velocidad del viento.

Portugal enfrenta condiciones críticas similares, declarando un estado de emergencia al tener activos decenas de incendios, especialmente en el norte del país. En total, más de 2.000 bomberos están movilizados para combatir 90 focos que siguen activos, destacando el incendio cerca de la población de Sabrosa. Las autoridades han reportado 35 bomberos heridos tratando de controlar las llamas, siendo la región de Vila Real una de las más afectadas. La Autoridad Nacional de Emergencias ha declarado un estado de alerta desde este domingo debido a las temperaturas extremas y el riesgo elevado de incendios, restringiendo el acceso a zonas forestales. En este contexto, quedará prohibido el acceso a zonas forestales, las quemas agrícolas, los trabajos en zonas forestales utilizando cualquier tipo de maquinaria, así como los fuegos artificiales y artefactos pirotécnicos.

Este panorama resalta la magnitud de la crisis ambiental que enfrenta la península Ibérica, donde tanto Galicia como Portugal deben extremar las medidas para controlar la situación y proteger a la población.