Francia enfrenta un inicio de 2026 marcado por la inestabilidad política y la protesta social

El inicio del año 2026 se presenta incierto y convulso para Francia, bajo el liderazgo del primer ministro Sébastien Lecornu, quien enfrenta la falta de un presupuesto aprobado y un clima de protestas sociales, especialmente entre los agricultores. Esto amenaza su gestión y provoca una crisis de gobernabilidad antes de las elecciones municipales programadas para marzo. Sin un presupuesto para 2026, el gobierno debe prorrogar las cuentas de 2025, generando incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno para gestionar la economía.

Las elecciones municipales son consideradas una prueba crítica para Lecornu y su gabinete, ante un electorado insatisfecho que percibe falta de responsabilidad e incompetencia en la clase política. Mientras tanto, los agricultores se preparan para un invierno de movilizaciones debido a la falta de apoyo del gobierno y presiones por acuerdos comerciales, lo que ha llevado a protestas en varias regiones, reflejando un descontento creciente en el sector agrario.

La falta de consenso político podría agravar la situación económica del país, mientras la deuda nacional aumenta y hay riesgo de huelgas y protestas. Lecornu intenta balancear las demandas políticas, pero su esfuerzo por reducir polarizaciones y buscar acuerdos ha tenido resultados limitados, dejando al futuro del Gobierno en una situación delicada.