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Filipinas rechaza plan chino de reserva natural en el arrecife de Scarborough y eleva tensiones en el mar Meridional
El gobierno filipino considera la iniciativa de Pekín como ilegítima y refuerza su postura en defensa de los derechos frente a las reclamaciones de China.
Publicado: 11 de septiembre de 2025, 12:11
El conflicto por la soberanía en el mar de China Meridional se intensifica tras el anuncio del gobierno de Filipinas sobre su enérgico rechazo al plan de China de establecer una reserva natural en el arrecife de Scarborough, conocido como Huangyan Dao en China. El Departamento de Exteriores de Filipinas ha calificado esta iniciativa de “ilegítima e ilegal”, manifestando que interfiere con los derechos e intereses del país.
La protesta del gobierno filipino se presenta como respuesta a la reciente aprobación por parte del Consejo de Estado chino de crear una reserva que abarcaría 3.523,67 hectáreas, con el objetivo declarado de preservar la biodiversidad y el ecosistema de arrecifes de coral en la zona. Según Filipinas, este arrecife se encuentra dentro de su zona económica exclusiva de 200 millas náuticas, lo que les otorga derechos para explotar los recursos marinos allí presentes. La defensa del territorio marítimo se ha convertido en una prioridad para el actual gobierno filipino, que busca reafirmar su posición en la región ante la constante presión de Pekín.
Desde 2012, el arrecife ha sido un punto de tensión entre Manila y Pekín, que mantiene el control de la zona a pesar de las reclamaciones filipinas y de un fallo internacional que desestima las reclamaciones chinas. Además, ambos países han visto un aumento en las interacciones conflictivas en el mar Meridional, como lo demuestra un reciente incidente donde un buque de la Armada china chocó con otro de su guardia costera mientras perseguía una lancha patrullera filipina, acción que Manila denunció como “maniobras peligrosas”.
La protesta del gobierno filipino se presenta como respuesta a la reciente aprobación por parte del Consejo de Estado chino de crear una reserva que abarcaría 3.523,67 hectáreas, con el objetivo declarado de preservar la biodiversidad y el ecosistema de arrecifes de coral en la zona. Según Filipinas, este arrecife se encuentra dentro de su zona económica exclusiva de 200 millas náuticas, lo que les otorga derechos para explotar los recursos marinos allí presentes. La defensa del territorio marítimo se ha convertido en una prioridad para el actual gobierno filipino, que busca reafirmar su posición en la región ante la constante presión de Pekín.
Desde 2012, el arrecife ha sido un punto de tensión entre Manila y Pekín, que mantiene el control de la zona a pesar de las reclamaciones filipinas y de un fallo internacional que desestima las reclamaciones chinas. Además, ambos países han visto un aumento en las interacciones conflictivas en el mar Meridional, como lo demuestra un reciente incidente donde un buque de la Armada china chocó con otro de su guardia costera mientras perseguía una lancha patrullera filipina, acción que Manila denunció como “maniobras peligrosas”.