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Europa en la encrucijada: entre la defensa sostenible y el papel sacrificado ante Estados Unidos y Rusia
La nueva doctrina de defensa de EE.UU. redefine la relación transatlántica en un contexto de creciente inseguridad en Europa
Publicado: 27 de diciembre de 2025, 11:41
La relación entre Europa y Estados Unidos está atravesando un momento crítico, marcado por la reciente reorientación de la política exterior estadounidense y la percepción de los países europeos como un estorbo a los planes de las grandes potencias. A medida que la amenaza rusa continúa latente, la administración de Donald Trump ha hecho hincapié en que los países europeos deben asumir la mayor parte de las capacidades defensivas de la OTAN en su territorio. Este cambio implica que para 2027 Europa deberá ser responsable de protegerse sin la habitual intervención militar estadounidense.
El nuevo enfoque se produce en un contexto de guerra en Ucrania, sugiriendo que Europa, en su soledad, debe aprender lecciones de este conflicto. Las evaluaciones de expertos indican que la superioridad aérea es fundamental, y sin ella, los vehículos blindados quedan vulnerables a los drones y otros sistemas de armamento más avanzados. La falta de una fuerza aérea robusta implica que las lecciones del conflicto son vitales para la defensa futura de Europa.
Además, tanto EE.UU. como Rusia consideran a Europa un impedimento en sus respectivos planes geopolíticos. Esta incertidumbre se acentúa con un EE.UU. que se aleja de Bruselas y prioriza alianzas con la extrema derecha en Europa. La crisis actual en Europa no solo se limita a la invasión de Ucrania, sino que también cuestiona la viabilidad de una política de defensa efectiva sin el respaldo estadounidense en un contexto de creciente incertidumbre geoestratégica.
El nuevo enfoque se produce en un contexto de guerra en Ucrania, sugiriendo que Europa, en su soledad, debe aprender lecciones de este conflicto. Las evaluaciones de expertos indican que la superioridad aérea es fundamental, y sin ella, los vehículos blindados quedan vulnerables a los drones y otros sistemas de armamento más avanzados. La falta de una fuerza aérea robusta implica que las lecciones del conflicto son vitales para la defensa futura de Europa.
Además, tanto EE.UU. como Rusia consideran a Europa un impedimento en sus respectivos planes geopolíticos. Esta incertidumbre se acentúa con un EE.UU. que se aleja de Bruselas y prioriza alianzas con la extrema derecha en Europa. La crisis actual en Europa no solo se limita a la invasión de Ucrania, sino que también cuestiona la viabilidad de una política de defensa efectiva sin el respaldo estadounidense en un contexto de creciente incertidumbre geoestratégica.