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Estudio revela que agresiones sexuales pueden desconectar áreas del cerebro responsables de gestionar emociones en mujeres
La investigación del Hospital Clínic de Barcelona muestra el impacto del estrés postraumático en la conectividad cerebral de las víctimas.
Publicado: 14 de octubre de 2025, 12:27
Un reciente estudio del Hospital Clínic de Barcelona ha evidenciado las profundas consecuencias psicológicas que pueden sufrir las mujeres tras una agresión sexual, mostrando la desconexión entre áreas clave del cerebro que regulan las emociones. La investigación revela que entre el 17% y el 25% de las mujeres experimentan algún tipo de agresión sexual a lo largo de su vida, y más del 70% de estas desarrolla un trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Los científicos, liderados por la doctora Lydia Fortea, realizaron un análisis de resonancias magnéticas en 40 mujeres que habían sufrido agresiones y las compararon con 45 casos control. Los resultados indican que en más de la mitad de las víctimas, la comunicación entre la amígdala y la corteza prefrontal disminuyó significativamente. Esta desconexión puede afectar la gestión del miedo y provocar cambios de humor, típicos en personas con TEPT.
La investigación subraya la importancia de un seguimiento psicológico para las víctimas y cómo la desconexión amígdala-prefrontal podría predecir la respuesta al tratamiento del TEPT. Este estudio abre la puerta a una mejor comprensión de los efectos a largo plazo de las agresiones sexuales y destaca la necesidad de tratamientos psicológicos adaptados a las necesidades específicas de cada paciente.
Los científicos, liderados por la doctora Lydia Fortea, realizaron un análisis de resonancias magnéticas en 40 mujeres que habían sufrido agresiones y las compararon con 45 casos control. Los resultados indican que en más de la mitad de las víctimas, la comunicación entre la amígdala y la corteza prefrontal disminuyó significativamente. Esta desconexión puede afectar la gestión del miedo y provocar cambios de humor, típicos en personas con TEPT.
La investigación subraya la importancia de un seguimiento psicológico para las víctimas y cómo la desconexión amígdala-prefrontal podría predecir la respuesta al tratamiento del TEPT. Este estudio abre la puerta a una mejor comprensión de los efectos a largo plazo de las agresiones sexuales y destaca la necesidad de tratamientos psicológicos adaptados a las necesidades específicas de cada paciente.