España se retira de Eurovisión 2026 en protesta por la continuidad de Israel, marcando un punto de inflexión en el certamen

La decisión de la cadena pública RTVE de retirar a España del Festival de Eurovisión 2026 ha causado un gran revuelo en el ámbito cultural y político de Europa. Por primera vez desde su debut en 1961, España no participará en el concurso tras la decisión de la Unión Europea de Radiodifusión de mantener a Israel como participante a pesar del actual conflicto en Gaza. Este gesto simboliza un desacuerdo con las políticas israelíes y manifiesta la creciente tensión en la organización del festival.

Este evento se intensificó durante la 95ª Asamblea General de la UER, donde se votaron nuevas medidas que incluyeron la continuidad de Israel, lo que provocó la salida de varios países. RTVE anunció su retirada comunicando que el concurso no podía considerarse neutral frente a la situación en Gaza, resaltando que Eurovisión es un festival dominado por intereses geopolíticos. La decisión ha generado conversaciones sobre el papel de la cultura en tiempos de crisis política y podría tener repercusiones económicas y mediáticas para el festival.

El contexto actual, donde la situación en Gaza es un tema crucial en el debate político internacional, ha llevado a RTVE a priorizar los derechos humanos sobre la participación en Eurovisión, alineando su identidad cultural con sus valores éticos. Este evento ha trascendido lo musical, convirtiéndose en un símbolo de conflicto y resistencia cultural en Europa, donde las decisiones de cada país reflejan profundos posicionamientos políticos.