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España deja atrás la sequía tras la quinta primavera más lluviosa en 64 años y se prepara para un verano cálido
Según Aemet, las temperaturas estivales podrían estar entre el 20% de los veranos más cálidos registrados mientras persiste la incertidumbre en precipitaciones.
Publicado: 13 de junio de 2025, 11:57
El clima en España ha experimentado un cambio significativo tras la quinta primavera más lluviosa desde que se tienen registros, lo que ha permitido al país dejar atrás la sequía. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado que las lluvias de marzo, abril y mayo de 2025 superaron los promedios normales, contribuyendo a mejorar la situación hídrica del país. El portavoz de Aemet, Rubén del Campo, destacó que las precipitaciones sobrepasaron en un 151% la media histórica, lo que ha elevado la capacidad de los embalses.
Con la llegada del verano, se prevé que la estación sea inusualmente cálida, con un 70% de probabilidad de que los meses de junio, julio y agosto sean más cálidos de lo habitual. Esto afecta especialmente a la vertiente mediterránea y a los archipiélagos. Sin embargo, a pesar de la mejora en los niveles de agua, Del Campo advierte sobre la necesidad de cautela en el uso del agua debido a la tradicional sequedad de la temporada estival y la posible llegada de olas de calor.
En resumen, a pesar de los beneficios que trae una primavera prolífica en lluvias, España se prepara para un verano caluroso y con incertidumbres climáticas. La gestión de los recursos hídricos y la adaptación al calentamiento global son cruciales en esta nueva normalidad.
Con la llegada del verano, se prevé que la estación sea inusualmente cálida, con un 70% de probabilidad de que los meses de junio, julio y agosto sean más cálidos de lo habitual. Esto afecta especialmente a la vertiente mediterránea y a los archipiélagos. Sin embargo, a pesar de la mejora en los niveles de agua, Del Campo advierte sobre la necesidad de cautela en el uso del agua debido a la tradicional sequedad de la temporada estival y la posible llegada de olas de calor.
En resumen, a pesar de los beneficios que trae una primavera prolífica en lluvias, España se prepara para un verano caluroso y con incertidumbres climáticas. La gestión de los recursos hídricos y la adaptación al calentamiento global son cruciales en esta nueva normalidad.