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El veto a la ley de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas genera reacciones en el sector político y social
La ley, que proponía una jornada semanal más corta sin pérdida de salario, se enfrenta a un rechazo por parte de varios partidos.
Publicado: 10 de septiembre de 2025, 06:54
En un giro trascendental para el panorama laboral en España, el Congreso se prepara para debatir la ley que busca reducir la jornada laboral de las actuales 40 horas a 37,5, un proyecto que ha estado en el centro de la atención política y social. Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Trabajo, recibió luz verde inicialmente, pero enfrenta un veto confirmado por partidos como Junts, PP y Vox, quienes han decidido bloquear su tramitación.
El contexto de esta ley es el acuerdo entre el Gobierno, liderado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT). La propuesta no solo busca mejorar la calidad de vida laboral al reducir la duración de las jornadas, sino que también contempla medidas para fortalecer el registro horario y los derechos de desconexión digital. Las reacciones ante el veto son marcadas, con protestas convocadas por los sindicatos y un respaldo mayoritario de la población, lo que añade presión sobre los partidos opositores.
Los especialistas advierten que el veto a esta ley podría tener graves implicaciones para la salud y la vida laboral de los trabajadores. Con el veto en la mesa, continúa la incertidumbre sobre el futuro del trabajo en España y la capacidad del Gobierno para implementar cambios significativos en el mercado laboral que mantengan un equilibrio entre las demandas de los sindicatos y las necesidades empresariales.
El contexto de esta ley es el acuerdo entre el Gobierno, liderado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT). La propuesta no solo busca mejorar la calidad de vida laboral al reducir la duración de las jornadas, sino que también contempla medidas para fortalecer el registro horario y los derechos de desconexión digital. Las reacciones ante el veto son marcadas, con protestas convocadas por los sindicatos y un respaldo mayoritario de la población, lo que añade presión sobre los partidos opositores.
Los especialistas advierten que el veto a esta ley podría tener graves implicaciones para la salud y la vida laboral de los trabajadores. Con el veto en la mesa, continúa la incertidumbre sobre el futuro del trabajo en España y la capacidad del Gobierno para implementar cambios significativos en el mercado laboral que mantengan un equilibrio entre las demandas de los sindicatos y las necesidades empresariales.