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El truco de la botella de agua: una solución económica y ecológica para soportar el calor del verano
Esta técnica, que se populariza en España y llega hasta Francia, promete reducir la necesidad de aire acondicionado.
Publicado: 6 de julio de 2025, 18:47
Con la llegada del verano, muchas personas buscan métodos alternativos para refrescar sus hogares sin tener que recurrir al costoso aire acondicionado. Una de las soluciones más efectivas y respetuosas con el medio ambiente es el truco de la botella congelada, que ha cobrado popularidad no solo en el sur de España, donde las temperaturas pueden superar los 40º C, sino que ahora también se ha hecho eco en otros países como Francia.
La técnica es sencilla y económica: consiste en llenar una botella de plástico grande con agua y colocarla en el congelador. Tras un par de horas, cuando el agua se ha convertido en hielo, la botella se posiciona en un lugar elevado de la habitación, como una estantería o una ventana, y se coloca un recipiente debajo para recoger el agua que se va descongelando. A medida que el hielo se derrite, el aire frío que se genera desciende lentamente, refrescando el ambiente de manera eficiente.
Este método no solo es efectivo en estancias pequeñas, donde el aire frío se dispersa mejor, sino que también permite a los usuarios conciliar el sueño sin el ruido de un ventilador o de un aire acondicionado. Además, al no requerir consumo energético, contribuye a una reducción en la factura eléctrica y minimiza el impacto ambiental asociado al uso de equipos eléctricos.
La técnica es sencilla y económica: consiste en llenar una botella de plástico grande con agua y colocarla en el congelador. Tras un par de horas, cuando el agua se ha convertido en hielo, la botella se posiciona en un lugar elevado de la habitación, como una estantería o una ventana, y se coloca un recipiente debajo para recoger el agua que se va descongelando. A medida que el hielo se derrite, el aire frío que se genera desciende lentamente, refrescando el ambiente de manera eficiente.
Este método no solo es efectivo en estancias pequeñas, donde el aire frío se dispersa mejor, sino que también permite a los usuarios conciliar el sueño sin el ruido de un ventilador o de un aire acondicionado. Además, al no requerir consumo energético, contribuye a una reducción en la factura eléctrica y minimiza el impacto ambiental asociado al uso de equipos eléctricos.