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El PSOE condena el vandalismo de su sede en Sevilla, vinculado al odio de la ultraderecha
La organización política denuncia la radicalización del discurso de odio y exige una condena clara de estos ataques.
Publicado: 22 de julio de 2025, 19:44
La sede del PSOE en Sevilla ha sido objeto de un nuevo ataque vandálico que ha dejado varias pintadas ofensivas dirigidas al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este ataque ha llevado a una fuerte condena del partido, que lo vincula con el creciente fascismo y el discurso de odio promovido por la derecha. El PSOE de Andalucía destaca que este tipo de actos son recurrentes y refleja una preocupante tendencia en la violencia política, mencionando al menos seis ataques similares en los últimos meses.
Las reacciones dentro del partido han sido contundentes, con Javier Fernández enfatizando que la violencia es un resultado directo del odio instigado por la ultraderecha, exigiendo una condena pública de estos actos por parte de las fuerzas políticas adversas, especialmente del Partido Popular. En paralelo, la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, ha enfatizado la necesidad de abordar el fascismo y la violencia de la ultraderecha en España, señalando que el silencio de políticos como el PP y el PSOE contribuye a la normalización de discursos y actos de odio.
Ambas noticias destacan un patrón que une la radicalización política contemporánea con ataques físicos que buscan intimidar a sectores específicos, como los miembros del PSOE y comunidades migrantes, haciendo evidente la centralidad del debate sobre la violencia política y el racismo en la actualidad.
Las reacciones dentro del partido han sido contundentes, con Javier Fernández enfatizando que la violencia es un resultado directo del odio instigado por la ultraderecha, exigiendo una condena pública de estos actos por parte de las fuerzas políticas adversas, especialmente del Partido Popular. En paralelo, la eurodiputada de Podemos, Irene Montero, ha enfatizado la necesidad de abordar el fascismo y la violencia de la ultraderecha en España, señalando que el silencio de políticos como el PP y el PSOE contribuye a la normalización de discursos y actos de odio.
Ambas noticias destacan un patrón que une la radicalización política contemporánea con ataques físicos que buscan intimidar a sectores específicos, como los miembros del PSOE y comunidades migrantes, haciendo evidente la centralidad del debate sobre la violencia política y el racismo en la actualidad.