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El Pentágono planea la creación de un grupo de acción rápida para responder a disturbios civiles en EE.UU.
La iniciativa busca una respuesta más ágil a situaciones de disturbios internos, con 600 soldados listos para intervenir en una hora.
Publicado: 12 de agosto de 2025, 19:10
El Pentágono está considerando la creación de un grupo de acción, compuesto por cientos de soldados, para responder rápidamente a los disturbios civiles internos que puedan surgir en Estados Unidos. Según un informe de The Washington Post, este nuevo cuerpo, denominado 'Fuerza de Reacción Rápida ante Disturbios Civiles Internos', tendría una dotación inicial de 600 soldados que estarían en 'alerta permanente' y podrían ser desplegados en cualquier punto del país en un plazo de aproximadamente una hora.
Este grupo se dividiría en dos unidades, cada una basada en diferentes estados, específicamente en Alabama y Arizona. Los planes para esta fuerza aún se encuentran en una fase preliminar, y en caso de ser aprobado, el costo estimado podría ascender a cientos de millones de dólares. Esto se debe a los requerimientos logísticos, dado que los soldados necesitarían estar disponibles las 24 horas del día y podrían ser movilizados mediante aeronaves militares.
La posible creación de esta nueva facción dentro de las fuerzas armadas representa un cambio significativo en el enfoque del gobierno ante situaciones de disturbios internos, planteando preocupaciones sobre la militarización de la respuesta a crisis civiles en el país.
Este grupo se dividiría en dos unidades, cada una basada en diferentes estados, específicamente en Alabama y Arizona. Los planes para esta fuerza aún se encuentran en una fase preliminar, y en caso de ser aprobado, el costo estimado podría ascender a cientos de millones de dólares. Esto se debe a los requerimientos logísticos, dado que los soldados necesitarían estar disponibles las 24 horas del día y podrían ser movilizados mediante aeronaves militares.
La posible creación de esta nueva facción dentro de las fuerzas armadas representa un cambio significativo en el enfoque del gobierno ante situaciones de disturbios internos, planteando preocupaciones sobre la militarización de la respuesta a crisis civiles en el país.