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El Museo del Louvre reabre tras el robo de joyas imperiales mientras se implementan nuevas medidas de seguridad
Emmanuel Macron insta a una mayor protección en el museo tras el asalto exitoso de este fin de semana.
Publicado: 22 de octubre de 2025, 11:57
El Museo del Louvre ha reabierto sus puertas al público después de un robo que se ha calificado como uno de los más notorios en la historia reciente de Francia. El robo tuvo lugar el domingo, donde ladrones accedieron al museo y sustrajeron nueve joyas valoradas en 88 millones de euros, incluidas piezas históricas como una diadema perteneciente a la emperatriz Eugenia de Montijo. Aunque la mayoría de las joyas permanecen desaparecidas, una corona imperial fue encontrada dañada en el camino de escape.
El presidente Emmanuel Macron ha solicitado medidas de seguridad adicionales y la ministra de Cultura ha defendido que los sistemas de seguridad funcionaron correctamente durante el robo, aunque se han identificado fallas, especialmente en la vigilancia externa. La policía ha movilizado a cien investigadores para dar con los responsables del asalto, y se están implementando reformas para mejorar la seguridad del museo, incluyendo un nuevo centro de control y una expansión de las cámaras de vigilancia. La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, admitió que la falta de cámaras de vigilancia perimetrales adecuadas permitió que los ladrones entraran sin ser detectados rápidamente, y subrayó que se había presentado su dimisión al presidente, aunque fue rechazada.
Des Cars también ha dejado claro que el museo necesita una inversión urgente de aproximadamente 80 millones de euros para la modernización de sus sistemas de seguridad, planteando la necesidad de instalar una comisaría de policía dentro del museo para una mejor respuesta en futuras emergencias. En una comparecencia ante el Senado, des Cars lamentó que, a pesar de que las alarmas y los dispositivos de seguridad funcionaron, la reacción fue insuficiente debido a la velocidad de la operación de los ladrones, quienes realizaron el robo en menos de siete minutos.
A pesar del cierre de la Galería de Apolo, el museo sigue recibiendo visitantes y el debate sobre la seguridad en las instituciones culturales de Francia se intensifica, ya que este asalto ha resaltado la necesidad de más protección y recursos. Según el famoso detective de arte Arthur Brand, el robo del Louvre ejemplifica la creciente vulnerabilidad de los museos, que son vistos como blancos atractivos para los delincuentes, y sugiere que eventos así pueden ser el resultado de una planificación meticulosa de los ladrones, similar a lo que se ve en películas como "Ocean's Eleven".
La fiscalía francesa continúa investigando el caso, la cual ha atribuido el robo a un comando organizado, y se hace un llamado a una mayor colaboración entre fuerzas policiales y museos para combatir este tipo de delitos. El incidente ha llevado a un escrutinio renovado sobre la seguridad en museos de gran renombre y a la necesidad de remediar las brechas en la vigilancia y protección. La directora del Louvre comparecerá nuevamente ante el Senado para discutir posibles mejoras y acciones a seguir para evitar futuros incidentes.
El presidente Emmanuel Macron ha solicitado medidas de seguridad adicionales y la ministra de Cultura ha defendido que los sistemas de seguridad funcionaron correctamente durante el robo, aunque se han identificado fallas, especialmente en la vigilancia externa. La policía ha movilizado a cien investigadores para dar con los responsables del asalto, y se están implementando reformas para mejorar la seguridad del museo, incluyendo un nuevo centro de control y una expansión de las cámaras de vigilancia. La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, admitió que la falta de cámaras de vigilancia perimetrales adecuadas permitió que los ladrones entraran sin ser detectados rápidamente, y subrayó que se había presentado su dimisión al presidente, aunque fue rechazada.
Des Cars también ha dejado claro que el museo necesita una inversión urgente de aproximadamente 80 millones de euros para la modernización de sus sistemas de seguridad, planteando la necesidad de instalar una comisaría de policía dentro del museo para una mejor respuesta en futuras emergencias. En una comparecencia ante el Senado, des Cars lamentó que, a pesar de que las alarmas y los dispositivos de seguridad funcionaron, la reacción fue insuficiente debido a la velocidad de la operación de los ladrones, quienes realizaron el robo en menos de siete minutos.
A pesar del cierre de la Galería de Apolo, el museo sigue recibiendo visitantes y el debate sobre la seguridad en las instituciones culturales de Francia se intensifica, ya que este asalto ha resaltado la necesidad de más protección y recursos. Según el famoso detective de arte Arthur Brand, el robo del Louvre ejemplifica la creciente vulnerabilidad de los museos, que son vistos como blancos atractivos para los delincuentes, y sugiere que eventos así pueden ser el resultado de una planificación meticulosa de los ladrones, similar a lo que se ve en películas como "Ocean's Eleven".
La fiscalía francesa continúa investigando el caso, la cual ha atribuido el robo a un comando organizado, y se hace un llamado a una mayor colaboración entre fuerzas policiales y museos para combatir este tipo de delitos. El incidente ha llevado a un escrutinio renovado sobre la seguridad en museos de gran renombre y a la necesidad de remediar las brechas en la vigilancia y protección. La directora del Louvre comparecerá nuevamente ante el Senado para discutir posibles mejoras y acciones a seguir para evitar futuros incidentes.