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El ministro israelí Ben Gvir defiende las condiciones de los detenidos de la Flotilla Global Sumud mientras activistas denuncian malos tratos
Greta Thunberg y otros activistas aseguran haber sido sometidos a condiciones inhumanas tras su detención en Israel, mientras el gobierno desmiente las acusaciones.
Publicado: 5 de octubre de 2025, 18:53
La detención de los activistas de la Flotilla Global Sumud ha generado un intenso debate sobre las políticas del gobierno israelí y el tratamiento de los detenidos. Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional de Israel, afirmó que aquellos que apoyan el terrorismo merecen condiciones inhumanas en prisión. A pesar de las acusaciones de los activistas, que denunciaron malas condiciones y abusos, el gobierno israelí desmintió tales afirmaciones, asegurando que se respetan los derechos de los detenidos.
Los denunciantes incluyen a Greta Thunberg, quien expuso haber sido sometida a abusos y condiciones inaceptables. Según informes recientes, la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien también fue detenida, ha denunciado que los activistas enfrentaron un trato denigrante, con afirmaciones de ser golpeados, arrastrados y privados de acceso al agua y atención médica durante su arresto. En su llegada a España, Colau declaró que todos sus derechos fueron violados, y otros activistas revelaron que estuvieron horas maniatados bajo la vigilancia de policías armados, lo que provocó un profundo sentido de deshumanización.
A raíz de estos incidentes, activistas suecos están considerando presentar una denuncia ante la ONU por violaciones a los derechos humanos, mientras que el gobierno sueco se involucra para brindar asistencia médica a los detenidos. De acuerdo a testimonios ampliados, los detenidos relataron haber sido sometidos a situaciones extremas, como dormir en condiciones inhumanas y no recibir la medicina necesaria, como insulina, en momentos críticos.
Las tensiones aumentan, con diversas organizaciones de derechos humanos exigiendo transparencia y rendición de cuentas sobre las intervenciones del gobierno israelí al interceptar la flotilla. Este tipo de condenas se han intensificado después de que varios miembros de la Flotilla hayan sido deportados a España, donde continúan compartiendo sus relatos de maltratos sufridos en manos de las autoridades israelíes. Las reacciones internacionales se han polarizado con grupos de derecha e izquierda clamando por acciones concretas contra las violaciones observadas. Aunque el ministro Albares ha expresado su rechazo a las condiciones impuestas por Israel, se esperan más declaraciones tras el regreso de todos los activistas, donde las denuncias podrían dar pie a una investigación más formal sobre las violaciones de derechos humanos.
Los denunciantes incluyen a Greta Thunberg, quien expuso haber sido sometida a abusos y condiciones inaceptables. Según informes recientes, la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien también fue detenida, ha denunciado que los activistas enfrentaron un trato denigrante, con afirmaciones de ser golpeados, arrastrados y privados de acceso al agua y atención médica durante su arresto. En su llegada a España, Colau declaró que todos sus derechos fueron violados, y otros activistas revelaron que estuvieron horas maniatados bajo la vigilancia de policías armados, lo que provocó un profundo sentido de deshumanización.
A raíz de estos incidentes, activistas suecos están considerando presentar una denuncia ante la ONU por violaciones a los derechos humanos, mientras que el gobierno sueco se involucra para brindar asistencia médica a los detenidos. De acuerdo a testimonios ampliados, los detenidos relataron haber sido sometidos a situaciones extremas, como dormir en condiciones inhumanas y no recibir la medicina necesaria, como insulina, en momentos críticos.
Las tensiones aumentan, con diversas organizaciones de derechos humanos exigiendo transparencia y rendición de cuentas sobre las intervenciones del gobierno israelí al interceptar la flotilla. Este tipo de condenas se han intensificado después de que varios miembros de la Flotilla hayan sido deportados a España, donde continúan compartiendo sus relatos de maltratos sufridos en manos de las autoridades israelíes. Las reacciones internacionales se han polarizado con grupos de derecha e izquierda clamando por acciones concretas contra las violaciones observadas. Aunque el ministro Albares ha expresado su rechazo a las condiciones impuestas por Israel, se esperan más declaraciones tras el regreso de todos los activistas, donde las denuncias podrían dar pie a una investigación más formal sobre las violaciones de derechos humanos.