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El Gobierno británico aprueba la nacionalización de British Steel por razones de seguridad nacional
La medida se presenta como necesaria ante la crisis de la industria siderúrgica y la urgencia de preservar miles de empleos.
Publicado: 12 de abril de 2025, 20:22
El primer ministro británico Keir Starmer ha promulgado un proyecto de ley de emergencia que permite al Gobierno asumir el control de la siderúrgica British Steel, la última productora del 'acero virgen' en el Reino Unido. Esta decisión, motivada por consideraciones de seguridad nacional, se produce en un momento crítico para la industria, que ha enfrentado años de crisis y dificultades financieras exacerbadas por aranceles internacionales. La planta de Scunthorpe, en el norte de Inglaterra, emplea a alrededor de 3.000 trabajadores y es clave para la economía local. La intervención del Gobierno surge tras semanas de negociaciones con Jingye Group, el conglomerado chino que posee British Steel, que no puede sostener la planta debido a pérdidas significativas.
La nacionalización de la industria siderúrgica en el Reino Unido es un tema controvertido que ha estado presente desde la década de 1940. Starmer ha destacado la necesidad de que el Reino Unido reevalúe su papel en la producción de materiales críticos, sugiriendo que, si la globalización ha llegado a su fin, el país debe ser capaz de generar sus propios recursos. Esta acción del Gobierno también responde a la urgencia de prevenir la pérdida de empleos y asegurar la capacidad del Reino Unido para sostener su estrategia industrial en un contexto global cambiante.
La nacionalización de la industria siderúrgica en el Reino Unido es un tema controvertido que ha estado presente desde la década de 1940. Starmer ha destacado la necesidad de que el Reino Unido reevalúe su papel en la producción de materiales críticos, sugiriendo que, si la globalización ha llegado a su fin, el país debe ser capaz de generar sus propios recursos. Esta acción del Gobierno también responde a la urgencia de prevenir la pérdida de empleos y asegurar la capacidad del Reino Unido para sostener su estrategia industrial en un contexto global cambiante.