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El FBI de la era Trump intensifica el uso de polígrafos para medir la lealtad de sus funcionarios
La práctica ha generado controversia y desconfianza dentro de la agencia, reflejando una purga ideológica sin precedentes.
Publicado: 11 de julio de 2025, 19:49
En un giro sorprendente y polémico en la administración del FBI, se ha revelado que la agencia, bajo el liderazgo de Kash Patel, ha comenzado a utilizar pruebas de polígrafo de manera sistemática para evaluar la lealtad de sus altos funcionarios hacia su director. Este enfoque se ha implementado en un tiempo de creciente tensión y desconfianza interna, donde las críticas al director son tratadas como un grave asunto a investigar.
El uso de estas pruebas no solo busca detectar filtraciones de información, sino también rastrear la fidelidad ideológica de los empleados. La naturaleza de las preguntas ha sido calificada como 'inusual' y ha desatado alarmas entre exfuncionarios. Esto también ha conducido a una extensa purga de personal, donde aproximadamente el 40% de las direcciones de oficinas regionales han cambiado, afectando a agentes veteranos y mostrando un clima de miedo y control dentro de la agencia.
Las reacciones a estas políticas son de alarma, con muchos exagentes afirmando que se prioriza la fidelidad personal sobre la experiencia profesional. En esta fase crítica, la cuestión ya no es solo si el FBI está cambiando, sino cómo reestructurará su carácter y confianza pública.
El uso de estas pruebas no solo busca detectar filtraciones de información, sino también rastrear la fidelidad ideológica de los empleados. La naturaleza de las preguntas ha sido calificada como 'inusual' y ha desatado alarmas entre exfuncionarios. Esto también ha conducido a una extensa purga de personal, donde aproximadamente el 40% de las direcciones de oficinas regionales han cambiado, afectando a agentes veteranos y mostrando un clima de miedo y control dentro de la agencia.
Las reacciones a estas políticas son de alarma, con muchos exagentes afirmando que se prioriza la fidelidad personal sobre la experiencia profesional. En esta fase crítica, la cuestión ya no es solo si el FBI está cambiando, sino cómo reestructurará su carácter y confianza pública.