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El expresidente surcoreano Yoon Suk-yeol utiliza una inusual estrategia para evadir su arresto al desnudarse ante fiscales.
Yoon se niega a cooperar con la justicia en medio de severas acusaciones de tráfico de influencias y abuso de poder.
Publicado: 1 de agosto de 2025, 19:49
En un hecho insólito, el expresidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, logró esquivar una nueva orden de arresto presentándose prácticamente desnudo en un centro de detención, justo cuando los fiscales se disponían a interrogarlo por un caso de presunto tráfico de influencias. Este episodio se produjo el 1 de agosto de 2025, cuando Yoon, según reportes, se tumbó en el suelo sin ropa, utilizando una estrategia desconcertante para evitar su detención.
Los fiscales que intentaron ejecutar la orden de arresto estaban sujetos a restricciones que les impedían utilizar la fuerza, lo que Yoon aprovechó para obstaculizar su captura. La investigación que rodea a Yoon abarca acusaciones que incluyen abuso de poder y tráfico de influencias relacionadas con su esposa. Sin embargo, el expresidente ha negado cualquier implicación, afirmando que los fiscales están realizando una caza de brujas con fines políticos.
El contexto actual es crítico, ya que si se confirma la culpabilidad de Yoon, podría enfrentar severas sanciones, incluyendo la cadena perpetua o incluso la pena de muerte. Su resistencia a enfrentarse a la justicia ha llevado a que las autoridades necesiten hallar nuevas formas para capturarlo y obligarlo a comparecer ante el tribunal, mientras el caso continúa atrayendo la atención del público surcoreano.
Los fiscales que intentaron ejecutar la orden de arresto estaban sujetos a restricciones que les impedían utilizar la fuerza, lo que Yoon aprovechó para obstaculizar su captura. La investigación que rodea a Yoon abarca acusaciones que incluyen abuso de poder y tráfico de influencias relacionadas con su esposa. Sin embargo, el expresidente ha negado cualquier implicación, afirmando que los fiscales están realizando una caza de brujas con fines políticos.
El contexto actual es crítico, ya que si se confirma la culpabilidad de Yoon, podría enfrentar severas sanciones, incluyendo la cadena perpetua o incluso la pena de muerte. Su resistencia a enfrentarse a la justicia ha llevado a que las autoridades necesiten hallar nuevas formas para capturarlo y obligarlo a comparecer ante el tribunal, mientras el caso continúa atrayendo la atención del público surcoreano.