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El debate sobre el síndrome posaborto: diferencias entre la perspectiva científica y la posición de la Iglesia está acaparando la atención pública.

La Conferencia Episcopal Española sostiene la existencia del síndrome, mientras que la comunidad científica lo rechaza con base en investigaciones que han evidenciado lo contrario.

Publicado: 2 de octubre de 2025, 11:57

El reciente debate en España sobre el síndrome posaborto ha generado posiciones vehementes tanto en el ámbito religioso como en el científico. Francisco César García Magán, secretario general de la Conferencia Episcopal, afirmó que este síndrome 'existe', respaldado por la experiencia de mujeres que han tenido abortos. Durante una rueda de prensa, García Magán argumentó que la interrupción voluntaria del embarazo 'es un atentado contra la vida' y que el apoyo a las madres en situaciones difíciles es fundamental.

Sin embargo, la respuesta de la comunidad científica ha sido contundente. Un artículo de El País refuta la existencia del síndrome posaborto, señalando que no está reconocido por las autoridades sanitarias y que la literatura científica demuestra que las mujeres que interrumpen su embarazo no experimentan más problemas mentales que aquellas que deciden llevar a término un embarazo no deseado.

A pesar de esta evidencia, la Conferencia Episcopal persistió en su postura. García Magán insistió en que el aborto no solamente debe ser considerado como un derecho, sino que se requiere un mayor apoyo y comprensión hacia las mujeres en situaciones difíciles. En este contexto, reafirmó su creencia en el síndrome, mencionando que hay iniciativas de la Iglesia que respaldan su existencia: "todas las iniciativas que hay en el ámbito de la Iglesia de apoyo a las mujeres que han abortado confirman que ciertamente eso existe". También citó un caso cercano de una mujer que experimentó una profunda crisis tras su aborto.

Por su parte, la posición de partidos como Vox, que ha promovido la idea del síndrome posaborto, se fundamenta en afirmaciones sin respaldo científico y ha provocado la alarma de los profesionales de la salud. Voces críticas, incluido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, han cuestionado la validez de esta perspectiva, aunque inicialmente apoyaron iniciativas basadas en la misma. La controversia subraya la complejidad del tema del aborto en España, donde el marco legal y los derechos de las mujeres chocan con las creencias y valores de ciertos sectores de la sociedad. García Magán finalizó enfatizando que "hay que ayudar a esas mujeres que se ven en una situación, pues a veces, delicada, difícil, en soledad y sin apoyo", reafirmando su postura contraria al aborto y la necesidad de un enfoque más comprensivo hacia las madres.