El cierre de embajadas de Venezuela en Noruega y Australia y la apertura en África, un movimiento estratégico del régimen de Maduro.

El Gobierno de Venezuela ha cerrado sus embajadas en Noruega y Australia, abriendo nuevas sedes diplomáticas en Zimbabue y Burkina Faso, en una "reasignación estratégica de recursos" para fortalecer las alianzas con el sur global. Este cierre coincide con la reciente concesión del Premio Nobel de la Paz a la opositora María Corina Machado, lo que añade complejidad al contexto político del país. Las relaciones con Noruega y Australia se manejarán a través de "misiones diplomáticas concurrentes", lo que podría afectar a la diáspora venezolana, que depende de los servicios consulares. El Gobierno de Venezuela argumenta que esta medida corresponde a una “primera fase de reestructuración integral de su servicio exterior”, alineándose con el Plan de la Patria de las 7 Transformaciones, que busca la recuperación económica y transformación social del país. Estas decisiones fueron anunciadas solo tres días después de que el Comité Noruego del Nobel reconociera a Machado por su compromiso en la defensa de los derechos democráticos y su búsqueda de una transición pacífica de la dictadura a la democracia. La apertura de embajadas en África refleja el interés de Venezuela por colaborar con países que enfrentan el aislamiento internacional, abordando áreas como agricultura y energía. Estas decisiones se producen en medio de tensiones con Estados Unidos y complicaciones en el ámbito interno tras las elecciones presidenciales de 2024, donde Maduro fue proclamado ganador en medio de acusaciones de fraude y rechazo internacional. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores noruego, Cecilie Roang, mencionó que la embajada venezolana les comunicó el cierre sin dar explicaciones, y ha subrayado la intención de Noruega de continuar el diálogo con Venezuela. La situación sigue siendo crítica para la estabilidad del país, según Machado, quien solicita un cambio en el régimen actual.