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Educación en Cataluña implementa cambios significativos en el bachillerato mientras surgen debates sobre el futuro de la enseñanza en Argentina.
La fusión de asignaturas científicas y la reducción del peso del trabajo de investigación generan controversia entre docentes en Cataluña, en medio de un cambio de paradigma en la educación en Argentina.
Publicado: 24 de diciembre de 2025, 14:08
El Departamento de Educación y Formación Profesional de Cataluña ha aprobado significativas modificaciones al plan de estudios de bachillerato que entrarán en vigor en el curso 2026-2027. Entre estos cambios se encuentra la fusión de las asignaturas de ciencias como física y química. Esta decisión, que busca modernizar y alinear el currículo, ha sido objeto de críticas por parte de plataformas docentes, que argumentan que los cambios son precipitados y pueden obstaculizar el aprendizaje de los estudiantes.
Otro cambio destacado es la reformulación del trabajo de investigación, que anteriormente constituía el 10% de la nota final y ahora será considerado como una asignatura más, implicando una reducción de su impacto en la calificación general. Además, se permitirán nuevas asignaturas optativas que complementarán el currículo.
En Argentina, se propone un cambio de paradigma con una nueva ley que redefine la educación como una elección familiar, transfiriendo responsabilidades a las familias y permitiendo mayor participación en la gobernanza de las instituciones educativas. Esto plantea preocupaciones sobre la equidad y el acceso a una educación de calidad, contrastando con el enfoque normativo de los cambios en Cataluña.
Otro cambio destacado es la reformulación del trabajo de investigación, que anteriormente constituía el 10% de la nota final y ahora será considerado como una asignatura más, implicando una reducción de su impacto en la calificación general. Además, se permitirán nuevas asignaturas optativas que complementarán el currículo.
En Argentina, se propone un cambio de paradigma con una nueva ley que redefine la educación como una elección familiar, transfiriendo responsabilidades a las familias y permitiendo mayor participación en la gobernanza de las instituciones educativas. Esto plantea preocupaciones sobre la equidad y el acceso a una educación de calidad, contrastando con el enfoque normativo de los cambios en Cataluña.