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Donald Trump rebautiza el Centro Kennedy de Washington como Trump-Kennedy, generando polémica y enfrentando críticas
La decisión ha despertado la indignación de demócratas, miembros de la familia Kennedy y críticos del presidente, quienes cuestionan la legalidad del cambio.
Publicado: 20 de diciembre de 2025, 01:18
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llevado a cabo una medida controvertida al rebautizar el Centro Kennedy de Artes Escénicas de Washington, a partir de ahora conocido como Trump-Kennedy Center. La iniciativa fue anunciada por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien indicó que la junta directiva votó unánimemente a favor del cambio, basándose en la 'increíble labor' realizada por Trump para revitalizar el edificio. Sin embargo, esta decisión ha generado críticas por parte de demócratas y miembros de la familia Kennedy, quienes consideran el cambio ilegal.
La legalidad del rebautizo se ha cuestionado, dado que el nombre del Centro Kennedy fue establecido por ley, lo que significa que cualquier modificación debería ser aprobada por el Congreso. Historiadores y analistas legales han señalado que, aunque la junta puede referirse informalmente al edificio con el nuevo nombre, no tiene la autoridad legal para hacerlo de manera formal sin el consentimiento del Congreso. Esta situación refleja las tensiones actuales sobre el uso del nombre y la identidad pública de las instituciones americanas.
Además del cambio de nombre, Trump ha propuesto una renovación del edificio, prometiendo mejoras y un enfoque en eliminar lo que califica como programación 'woke'. Esta serie de acciones ha sido interpretada como parte de un esfuerzo más amplio de Trump para dejar un legado en Washington, a pesar del descontento que ha generado entre ciertos grupos sociales.
La legalidad del rebautizo se ha cuestionado, dado que el nombre del Centro Kennedy fue establecido por ley, lo que significa que cualquier modificación debería ser aprobada por el Congreso. Historiadores y analistas legales han señalado que, aunque la junta puede referirse informalmente al edificio con el nuevo nombre, no tiene la autoridad legal para hacerlo de manera formal sin el consentimiento del Congreso. Esta situación refleja las tensiones actuales sobre el uso del nombre y la identidad pública de las instituciones americanas.
Además del cambio de nombre, Trump ha propuesto una renovación del edificio, prometiendo mejoras y un enfoque en eliminar lo que califica como programación 'woke'. Esta serie de acciones ha sido interpretada como parte de un esfuerzo más amplio de Trump para dejar un legado en Washington, a pesar del descontento que ha generado entre ciertos grupos sociales.