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Donald Trump critica a Greta Thunberg tras su deportación de Israel, acusándola de ser una 'alborotadora'
La activista climática llegó a Atenas y denunció los abusos que sufrió durante su detención, mientras Trump cuestiona su salud mental.
Publicado: 7 de octubre de 2025, 12:12
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado una controversia tras calificar a la activista climática Greta Thunberg de 'alborotadora' durante una conferencia de prensa. Este ataque se produce en el contexto de su reciente deportación de Israel, donde Thunberg y otros miembros de la Global Sumud Flotilla intentaban llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Thunberg fue deportada a Grecia después de ser detenida por la Armada israelí y, al llegar a Atenas, denunció los abusos que sufrió durante su detención, enfatizando que 'Israel intenta eliminar a una población entera'.
La activista sueca ha respondido irónicamente a los comentarios de Trump, agradeciendo su preocupación por su salud mental, y sugiriendo que, a juzgar por su trayectoria, podría ser el presidente estadounidense quien tiene problemas para gestionar su ira. "He oído que Donald Trump ha expresado una vez más sus halagos hacia mi personalidad y agradezco que se preocupe por mi salud mental", ha declarado Thunberg en redes sociales. En la misma línea, mencionó: "Con mucho gusto recibiré cualquier recomendación que pueda tener para tratar estos supuestos problemas de control de la ira, ya que, a juzgar por su impresionante trayectoria, parece que usted también los padece".
Las declaraciones de Trump han sido objeto de críticas, especialmente considerando que Thunberg está diagnosticada con Síndrome de Asperger, lo que hace que sus ataques sean percibidos como insensibles. Thunberg, a través de sus plataformas sociales, ha posado su diagnóstico como un 'superpoder' en su lucha por el medio ambiente. Los discursos de ambos, Trump y Thunberg, continúan resonando a nivel internacional, reflejando la tensión entre el activismo ambiental y las respuestas políticas en el contexto de un conflicto que ha cobrado miles de vidas en Gaza.
A su llegada a Grecia, la activista reclamó mayor atención internacional ante el "genocidio" que supuestamente se lleva a cabo en Gaza, manifestando que los abusos sufridos durante su detención no son el foco, sino la crisis humanitaria actual. Tan solo el lunes, Trump reiteró que Thunberg ya no le interesa el medio ambiente, sino que se ha convertido en una "alborotadora", lo cual provocó la respuesta mordaz de la activista. El desdén de Trump hacia la activista no solo refleja su postura frente a ella y su causa, sino que también abre el debate sobre el lenguaje utilizado en el discurso público respecto a figuras jóvenes y las vulnerabilidades que enfrentan algunas de ellas.
La activista sueca ha respondido irónicamente a los comentarios de Trump, agradeciendo su preocupación por su salud mental, y sugiriendo que, a juzgar por su trayectoria, podría ser el presidente estadounidense quien tiene problemas para gestionar su ira. "He oído que Donald Trump ha expresado una vez más sus halagos hacia mi personalidad y agradezco que se preocupe por mi salud mental", ha declarado Thunberg en redes sociales. En la misma línea, mencionó: "Con mucho gusto recibiré cualquier recomendación que pueda tener para tratar estos supuestos problemas de control de la ira, ya que, a juzgar por su impresionante trayectoria, parece que usted también los padece".
Las declaraciones de Trump han sido objeto de críticas, especialmente considerando que Thunberg está diagnosticada con Síndrome de Asperger, lo que hace que sus ataques sean percibidos como insensibles. Thunberg, a través de sus plataformas sociales, ha posado su diagnóstico como un 'superpoder' en su lucha por el medio ambiente. Los discursos de ambos, Trump y Thunberg, continúan resonando a nivel internacional, reflejando la tensión entre el activismo ambiental y las respuestas políticas en el contexto de un conflicto que ha cobrado miles de vidas en Gaza.
A su llegada a Grecia, la activista reclamó mayor atención internacional ante el "genocidio" que supuestamente se lleva a cabo en Gaza, manifestando que los abusos sufridos durante su detención no son el foco, sino la crisis humanitaria actual. Tan solo el lunes, Trump reiteró que Thunberg ya no le interesa el medio ambiente, sino que se ha convertido en una "alborotadora", lo cual provocó la respuesta mordaz de la activista. El desdén de Trump hacia la activista no solo refleja su postura frente a ella y su causa, sino que también abre el debate sobre el lenguaje utilizado en el discurso público respecto a figuras jóvenes y las vulnerabilidades que enfrentan algunas de ellas.