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Detenciones por robos a ancianos en Zaragoza y cierre de centro de menores en Canarias por maltrato: dos situaciones de vulnerabilidad
La Policía Nacional actúa en Zaragoza mientras un centro de menores en Canarias cierra por acusaciones de abuso.
Publicado: 25 de julio de 2025, 19:01
En los últimos días, se han producido dos incidentes significativos que ponen de relieve la vulnerabilidad de ciertos grupos en la sociedad española. En Zaragoza, la Policía Nacional ha detenido a dos mujeres implicadas en una serie de hurtos a ancianos mediante la técnica del 'hurto amoroso'. Esta operación, denominada 'express', se inició debido a diversas denuncias relacionadas con robos en domicilios de personas mayores. Las autoras abordaban a sus víctimas en la calle, buscando ganarse su confianza con la disculpa de que una de ellas, que estaba embarazada, necesitaba un vaso de agua. Una vez lograban entrar a las viviendas, la embarazada distraía a la víctima mientras su cómplice robaba dinero y joyas.
Por otro lado, en Canarias, el Gobierno ha clausurado un centro de menores gestionado por la ONG Quorum Social 77, tras recibir denuncias de malos tratos y acoso por parte de los menores migrantes que alberga. Esta entidad es responsable de la acogida de alrededor de 2.000 menores en las islas, y las denuncias recogen situaciones de maltrato físico y psicológico por parte de ciertos empleados. La clausura del centro ha dejado a 148 menores sin un lugar donde dormir.
La conexión entre ambos incidentes radica en su enfoque sobre la vulnerabilidad de grupos en situaciones críticas: en Zaragoza, los ancianos son blanco de engaños por parte de delincuentes, mientras que en Canarias, los menores migrantes sufren abusos en un sistema de protección insuficiente.
Por otro lado, en Canarias, el Gobierno ha clausurado un centro de menores gestionado por la ONG Quorum Social 77, tras recibir denuncias de malos tratos y acoso por parte de los menores migrantes que alberga. Esta entidad es responsable de la acogida de alrededor de 2.000 menores en las islas, y las denuncias recogen situaciones de maltrato físico y psicológico por parte de ciertos empleados. La clausura del centro ha dejado a 148 menores sin un lugar donde dormir.
La conexión entre ambos incidentes radica en su enfoque sobre la vulnerabilidad de grupos en situaciones críticas: en Zaragoza, los ancianos son blanco de engaños por parte de delincuentes, mientras que en Canarias, los menores migrantes sufren abusos en un sistema de protección insuficiente.