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Detención de mujer en Tailandia por extorsionar a monjes budistas revela un escándalo de millones y cuestiona el celibato religioso
La investigadora Wilawan Emsawat, conocida como 'Golf', enfrenta múltiples cargos tras amenazar a religiosos con videos íntimos.
Publicado: 16 de julio de 2025, 20:00
Las autoridades tailandesas están en el centro de un escándalo que ha sacudido la comunidad budista del país tras la detención de Wilawan Emsawat, de 35 años, apodada 'la señorita Golf'. Emsawat fue arrestada bajo sospecha de extorsionar a al menos once monjes budistas después de haber mantenido relaciones sexuales con varios de ellos, acumulando alrededor de 12 millones de dólares a través de chantajes.
Una investigación reveló que Emsawat mantuvo relaciones con al menos trece monjes, y que a lo largo de tres años logró amasar aproximadamente 10,5 millones de euros (cerca de 12 millones de dólares) mediante estos chantajes, utilizando más de 80.000 fotografías y vídeos como prueba para exigir dinero, amenazando con hacer públicas las grabaciones. La policía confiscó cinco dispositivos móviles de Emsawat que contenían material explícito, algunos de los cuales mostraban a los monjes con sus túnicas naranjas tradicionales. Hasta el momento, al menos nueve de los trece religiosos implicados han sido obligados a abandonar el hábito, y se espera que esta cifra aumente a medida que avanza la investigación.
El escándalo estalló cuando el venerado abad del templo Wat Tri Thotsathep Worawihan de Bangkok, conocido como Phra Thep Wachirapamok, huyó a Laos en junio después de que se hicieran públicas sus relaciones con Emsawat, quien incluso afirmó estar embarazada y le exigió un pago de 179.000 libras. La fuga del abad desató la investigación, que ha puesto de relieve otros casos similares de extorsión y lavado de dinero dentro de la comunidad religiosa.
Este escándalo ha llevado a un intenso debate en el Senado tailandés sobre cómo manejar las relaciones entre mujeres y monjes. Una propuesta de ley está siendo considerada para penalizar a las mujeres que sostienen relaciones sexuales con monjes, lo cual ha generado controversia y protestas públicas, ya que muchos activistas argumentan que los religiosos también son responsables de sus actos. La periodista y columnista Sanitsuda Ekachai criticó el intento de culpabilizar a la mujer y resaltó que estas dinámicas han colocado a las mujeres como las principales culpables en un contexto donde los monjes son considerados víctimas.
El caso ha provocado un terremoto en una nación donde más del 90% de la población profesa el budismo y los monjes gozan de un profundo respeto. El general Charoonkiat Pankaew, al frente de la investigación, declaró que su equipo está revisando meticulosamente el material audiovisual para identificar casos de 'impureza monástica', señalando que 'quien rompa el código monástico debe ser despojado de la túnica'. La situación actual refleja no solo la violación del celibato por parte de los monjes, sino también el uso indebido de las donaciones que reciben, enfocado en un intenso escrutinio público.
Una investigación reveló que Emsawat mantuvo relaciones con al menos trece monjes, y que a lo largo de tres años logró amasar aproximadamente 10,5 millones de euros (cerca de 12 millones de dólares) mediante estos chantajes, utilizando más de 80.000 fotografías y vídeos como prueba para exigir dinero, amenazando con hacer públicas las grabaciones. La policía confiscó cinco dispositivos móviles de Emsawat que contenían material explícito, algunos de los cuales mostraban a los monjes con sus túnicas naranjas tradicionales. Hasta el momento, al menos nueve de los trece religiosos implicados han sido obligados a abandonar el hábito, y se espera que esta cifra aumente a medida que avanza la investigación.
El escándalo estalló cuando el venerado abad del templo Wat Tri Thotsathep Worawihan de Bangkok, conocido como Phra Thep Wachirapamok, huyó a Laos en junio después de que se hicieran públicas sus relaciones con Emsawat, quien incluso afirmó estar embarazada y le exigió un pago de 179.000 libras. La fuga del abad desató la investigación, que ha puesto de relieve otros casos similares de extorsión y lavado de dinero dentro de la comunidad religiosa.
Este escándalo ha llevado a un intenso debate en el Senado tailandés sobre cómo manejar las relaciones entre mujeres y monjes. Una propuesta de ley está siendo considerada para penalizar a las mujeres que sostienen relaciones sexuales con monjes, lo cual ha generado controversia y protestas públicas, ya que muchos activistas argumentan que los religiosos también son responsables de sus actos. La periodista y columnista Sanitsuda Ekachai criticó el intento de culpabilizar a la mujer y resaltó que estas dinámicas han colocado a las mujeres como las principales culpables en un contexto donde los monjes son considerados víctimas.
El caso ha provocado un terremoto en una nación donde más del 90% de la población profesa el budismo y los monjes gozan de un profundo respeto. El general Charoonkiat Pankaew, al frente de la investigación, declaró que su equipo está revisando meticulosamente el material audiovisual para identificar casos de 'impureza monástica', señalando que 'quien rompa el código monástico debe ser despojado de la túnica'. La situación actual refleja no solo la violación del celibato por parte de los monjes, sino también el uso indebido de las donaciones que reciben, enfocado en un intenso escrutinio público.