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Crisis humanitaria en Gaza: la peligrosa distribución de ayuda y el alarido contra el genocidio

Palestina enfrenta un sufrimiento indescriptible mientras la situación se deteriora y se cuestiona la efectividad de la ayuda humanitaria.

Publicado: 14 de junio de 2025, 11:49

La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto cada vez más crítica, con millones de habitantes atrapados en un ciclo de violencia y desesperación. La distribución de ayuda humanitaria, facilitada por Israel, se ha convertido en motivo de controversia, siendo tildada de ineficiente y peligrosa por organizaciones como la ONU y Médicos Sin Fronteras. Recientemente, al menos 274 personas han muerto y más de 2,000 han resultado heridas en las cercanías de los centros de distribución de ayuda desde que la Fundación Humanitaria de Gaza inició sus operaciones, mostrando la gravedad de la situación. Testimonios de personas como Jaber Al Hawjeri evidencian el riesgo al que se enfrentan al intentar acceder a la ayuda, con incidentes donde se han documentado lesiones y muertes durante esos intentos.

Franz Luef, de Médicos Sin Fronteras, ha calificado el nuevo modelo de distribución como una "trampa mortal" que perpetúa la hambruna, mientras que Raquel Martí, de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina, critica la drástica reducción de puntos de distribución de 400 a solo 4, lo cual no aborda adecuadamente las necesidades de la población. En paralelo, un informe detalla que el ejército israelí ha matado a 23 palestinos en las últimas horas, la mayoría de ellos cerca de los centros de ayuda, lo que agrava aún más la crisis humanitaria. La indignación por la situación se siente a nivel internacional, con protestas masivas en ciudades de toda España, donde miles de personas han clamado por el fin del genocidio en Gaza, incluyendo la participación de figuras como el exjefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

En conjunto, estas narrativas resaltan no solo la falta de soluciones efectivas, sino también el aumento de la violencia en la región, generando un sentimiento colectivo de desesperación entre los gazianos y sus defensores en todo el mundo. El clamor común es claro: «Ya no podemos soportarlo», lo que destaca la urgente necesidad de un cambio significativo en el abordaje de la crisis humanitaria.