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Copenhague decide retirar la controvertida escultura de ‘La sirenita’ por consideraciones estéticas y críticas sociales
La escultura de Peter Bech generó polémica desde su instalación por su representación del cuerpo femenino y su percepción pública.
Publicado: 5 de agosto de 2025, 19:49
La polémica escultura de 'La Gran Sirena', diseñada por Peter Bech, será retirada de Dragør Fort, Copenhague, tras críticas severas desde su instalación en 2006. Con un peso de 14 toneladas y dimensiones de cuatro por seis metros, esta versión moderna de 'La Sirenita' no ha logrado acoger la aceptación pública debido a su representación del cuerpo femenino, que ha sido tachada de “fea y pornográfica” en medios. Críticas apuntan que su diseño voluptuoso no contribuye a la aceptación de la diversidad corporal.
El anuncio de retirada fue realizado por la agencia danesa de conservación de patrimonio después de que el rechazo a la escultura fuera manifestado por los lugareños y autoridades, quienes expresaron que no se ajusta al entorno histórico. El artista Bech defendió su obra diciendo que las proporciones buscan armonizar con la original, pero ha enfrentado cuestionamientos sobre la perpetuación de estándares de belleza poco realistas. Además, se ha señalado el “body shaming” implícito en las críticas a su escultura, evidenciando un debate más amplio sobre la representación femenina en el arte contemporáneo.
A pesar del rechazo, algunos residentes apoyan la permanencia de la obra en Copenhague, lo que abre la discusión no solo a la aceptación de la escultura, sino a un debate más profundo acerca de la representación femenina y la percepción del cuerpo en la sociedad actual.
El anuncio de retirada fue realizado por la agencia danesa de conservación de patrimonio después de que el rechazo a la escultura fuera manifestado por los lugareños y autoridades, quienes expresaron que no se ajusta al entorno histórico. El artista Bech defendió su obra diciendo que las proporciones buscan armonizar con la original, pero ha enfrentado cuestionamientos sobre la perpetuación de estándares de belleza poco realistas. Además, se ha señalado el “body shaming” implícito en las críticas a su escultura, evidenciando un debate más amplio sobre la representación femenina en el arte contemporáneo.
A pesar del rechazo, algunos residentes apoyan la permanencia de la obra en Copenhague, lo que abre la discusión no solo a la aceptación de la escultura, sino a un debate más profundo acerca de la representación femenina y la percepción del cuerpo en la sociedad actual.