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Controversia en Irlanda del Norte por la quema de una figura de inmigrantes durante las celebraciones del 'Doce de julio'
La Policía investiga el incidente como un delito de odio en medio de un clima de creciente tensión social
Publicado: 11 de julio de 2025, 19:44
Las festividades del ‘Doce de julio’ en Irlanda del Norte han estado marcadas por la polémica tras la quema de una efigie de inmigrantes en una hoguera en Moygashel, condado de Tyrone. Este acto ha suscitado una respuesta inmediata de las autoridades y la comunidad, siendo investigado por la Policía del Servicio de Irlanda del Norte (PSNI) como un posible delito de odio. El incidente ocurrió en el contexto de las tradicionales marchas protestantes organizadas por la Orden de Orange, que conmemoran la victoria del rey protestante Guillermo III sobre el católico Jaime II en la Batalla del Boyne en 1690.
La hoguera de Moygashel incluía una patera con muñecos ataviados con chalecos salvavidas, además de pancartas que decían 'Parad los barcos' y 'Veteranos antes que refugiados'. Estas imágenes evocan el rechazo hacia los migrantes que intentan cruzar el canal de la Mancha. La comunidad probritánica-unionista ha defendido el acto, argumentando que representa una expresión de su malestar ante la crisis de inmigración ilegal. Sin embargo, muchas voces en la sociedad civil y la política, incluyendo al arzobispo de Armagh, John McDowell, han condenado la acción como 'racista, amenazante y ofensiva'.
El contexto es crucial: el clima social en Irlanda del Norte está marcado por una serie de disturbios relacionadas con el odio hacia los migrantes, intensificados por el reciente pacto migratorio firmado entre el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Este acuerdo busca frenar el flujo de pateras, lo que ha intensificado el debate político sobre la inmigración y sus implicaciones para las comunidades locales.
La hoguera de Moygashel incluía una patera con muñecos ataviados con chalecos salvavidas, además de pancartas que decían 'Parad los barcos' y 'Veteranos antes que refugiados'. Estas imágenes evocan el rechazo hacia los migrantes que intentan cruzar el canal de la Mancha. La comunidad probritánica-unionista ha defendido el acto, argumentando que representa una expresión de su malestar ante la crisis de inmigración ilegal. Sin embargo, muchas voces en la sociedad civil y la política, incluyendo al arzobispo de Armagh, John McDowell, han condenado la acción como 'racista, amenazante y ofensiva'.
El contexto es crucial: el clima social en Irlanda del Norte está marcado por una serie de disturbios relacionadas con el odio hacia los migrantes, intensificados por el reciente pacto migratorio firmado entre el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Este acuerdo busca frenar el flujo de pateras, lo que ha intensificado el debate político sobre la inmigración y sus implicaciones para las comunidades locales.