Progresista 81.3%Conservador 18.8%
Controversia en Eurovisión 2026: España, Islandia y otros países se retiran por la participación de Israel y el ganador devuelve su trofeo.
La situación actual ha desencadenado un boicot creciente contra el certamen, que se celebrará en Viena, evidenciando divisiones éticas y políticas entre los países participantes.
Publicado: 13 de diciembre de 2025, 21:57
La próxima edición de Eurovisión, programada para 2026 en Viena, se encuentra en medio de una creciente controversia que ha llevado a varios países a anunciar su retirada del certamen debido a la participación de Israel. La UER ha decidido permitir que Israel participe, lo que ha generado reacciones significativas en la comunidad eurovisiva, con países como España, Irlanda, Países Bajos, Eslovenia e Islandia declarando su retirada por cuestiones de ética y derechos humanos.
Las declaraciones de RTVE y RÚV han enfatizado la incompatibilidad de la participación de Israel con los valores de inclusión que Eurovisión pretende representar. La oposición pública se ha reflejado en protestas que piden un boicot al concurso, intensificándose cuando Nemo Mettler, ganador de Eurovisión 2024, devolvió su trofeo como un gesto simbólico de rechazo hacia la política actual de la UER. Además, la televisión belga RTBF se enfrenta a presión pública para reconsiderar su participación.
A medida que se aproximan las fechas del festival, la UER se encuentra en un desafío monumental para gestionar la reputación del concurso en un contexto cargado de implicaciones éticas y políticas, haciendo de Eurovisión 2026 una de las ediciones más cuestionadas de la historia.
Las declaraciones de RTVE y RÚV han enfatizado la incompatibilidad de la participación de Israel con los valores de inclusión que Eurovisión pretende representar. La oposición pública se ha reflejado en protestas que piden un boicot al concurso, intensificándose cuando Nemo Mettler, ganador de Eurovisión 2024, devolvió su trofeo como un gesto simbólico de rechazo hacia la política actual de la UER. Además, la televisión belga RTBF se enfrenta a presión pública para reconsiderar su participación.
A medida que se aproximan las fechas del festival, la UER se encuentra en un desafío monumental para gestionar la reputación del concurso en un contexto cargado de implicaciones éticas y políticas, haciendo de Eurovisión 2026 una de las ediciones más cuestionadas de la historia.