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China prioriza la autosuficiencia tecnológica mientras España busca electrificación y descarbonización en su industria

La transformación industrial global se centra en la innovación tecnológica y la sostenibilidad, afectando a las economías de China y España.

Publicado: 26 de octubre de 2025, 07:42

En un mundo donde la innovación y la sostenibilidad son esenciales, las estrategias de desarrollo económico de países como China y España presentan enfoques interesantes y complementarios. China ha establecido su XV Plan Quinquenal, que hace hincapié en alcanzar la autosuficiencia tecnológica para el 2035, en un intento por consolidar su posición en el liderazgo tecnológico global. Este plan contempla la duplicación de la renta per cápita para ese año, con una fuerte inversión en investigación y desarrollo, que superó los 500.000 millones de dólares en 2024.


El gigante asiático ha aprobado recientemente su XV Plan Quinquenal, que se extiende entre 2026 y 2030, y cuyo objetivo final es completar la modernización del país, enriquecer el bienestar de los ciudadanos y reducir su dependencia de las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos. China busca transformar su economía hacia un modelo que promueva nuevas tecnologías en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, los semiconductores y las energías renovables. Sin embargo, enfrenta numerosos desafíos internos, como la crisis del sector inmobiliario y niveles elevados de desempleo, que podrían entorpecer sus ambiciosos objetivos.


Por otra parte, España se enfrenta a sus propios retos en el ámbito industrial. El país busca avanzar hacia una industria descarbonizada y electrificada, reconociendo que la energía es un insumo crítico en los procesos productivos. En este sentido, los sectores electrointensivos representan una porción significativa de la economía y requieren atención frente a los altos costos energéticos en comparación con otros países europeos. Las empresas en estos sectores, como el metalúrgico y químico, enfrentan un coste de electricidad que es significativamente más alto que en Francia y Alemania, lo que impacta su competitividad. Expertos sugieren que la adaptación de la política industrial debe vincular los objetivos climáticos con el desarrollo tecnológico y la competitividad, planteando la electrificación como una clave para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia. Además, en 2023, solo el 32% del consumo energético industrial correspondió a electricidad, lo que indica un amplio margen para avanzar en electrificación y descarbonización.