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China enfrenta una crisis demográfica tras décadas de políticas de control natal y busca soluciones para revertir la baja natalidad
La transformación de la política de un hijo a incentivos a la natalidad refleja la urgencia del gobierno para enfrentar las consecuencias de su pasado demográfico.
Publicado: 31 de diciembre de 2025, 12:41
En una rápida transformación de su política demográfica, el gobierno chino ha pasado de imponer restricciones severas sobre la natalidad a implementar incentivos para fomentar el aumento de la población. Esta situación es el resultado directo de la política del hijo único, introducida en 1980. A lo largo de 35 años, esta normativa tuvo efectos colaterales que han llevado a la crisis demográfica actual, con una disminución de 1.39 millones de personas el año pasado y una tasa de natalidad alarmantemente baja.
Pekín ha comenzado a implementar medidas innovadoras para alentar a las parejas a tener más hijos, incluyendo una nueva ley de cuidados infantiles y políticas de subsidios. Sin embargo, expertos advierten que el problema es más estructural; muchos jóvenes posponen el matrimonio y la procreación debido a altas expectativas laborales. La educación y la independencia de las mujeres han cambiado las actitudes hacia la maternidad y la paternidad.
El Partido Comunista Chino enfrenta el desafío de revertir las consecuencias del control estatal anterior, que ha dejado a China con una población envejecida y un saldo de género desigual. Se espera que una combinación de políticas de incentivo y un cambio cultural sean necesarios para abordar las divisiones demográficas que amenazan el futuro del país.
Pekín ha comenzado a implementar medidas innovadoras para alentar a las parejas a tener más hijos, incluyendo una nueva ley de cuidados infantiles y políticas de subsidios. Sin embargo, expertos advierten que el problema es más estructural; muchos jóvenes posponen el matrimonio y la procreación debido a altas expectativas laborales. La educación y la independencia de las mujeres han cambiado las actitudes hacia la maternidad y la paternidad.
El Partido Comunista Chino enfrenta el desafío de revertir las consecuencias del control estatal anterior, que ha dejado a China con una población envejecida y un saldo de género desigual. Se espera que una combinación de políticas de incentivo y un cambio cultural sean necesarios para abordar las divisiones demográficas que amenazan el futuro del país.