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Carles Puigdemont reaparece en Prats de Molló para conmemorar el quinto aniversario de Junts per Catalunya en crisis política y judicial
El expresidente catalán solicita el levantamiento de su orden de detención mientras los lazos políticos con PSOE y PP se deterioran.
Publicado: 27 de julio de 2025, 11:48
Carles Puigdemont, presidente en el exilio y líder de Junts per Catalunya, realizó una esperada aparición pública el 27 de julio de 2025 en Prats de Molló, Francia, con motivo del quinto aniversario de la fundación del partido independentista. El acto atrajo a más de 1.500 miembros, con intervenciones de destacados miembros del partido, en un contexto político tenso donde las relaciones entre Junts y el PSOE se complican por la falta de avances en asuntos clave, junto a un creciente desencanto en sus acuerdos.
Puigdemont aprovechó la ocasión para pedir al Tribunal Constitucional la retirada de la orden de detención que pesa sobre él, lo que afecta su capacidad para regresar a España. A pesar de un fallo favorable del Tribunal, su futuro judicial continúa incierto. Durante su intervención, advirtió que "el voto de Junts no se puede dar por descontado" y subrayó que la formación es un partido que "incomoda" a quienes "salen negociados de casa", especialmente en referencia al PSOE y a sus actuales aliados.
El expresidente lanzó un contundente mensaje a aquellos que lo han dado por muerto: "Que os zurzan, porque nosotros seguimos, vamos a la nuestra, que significa ir a la catalana". Este mensaje refleja un claro desafío a las presiones políticas en Madrid. Al mismo tiempo, evidenció la creciente incertidumbre de los pactos políticos en un espacio que cada vez es más complicado.
Las intervenciones durante el acto enfatizaron la necesidad de seguir luchando por derechos y libertades, reflejando una reivindicación de la independencia de Cataluña. Además, Puigdemont continuó la crítica a los discursos polarizados de los extremos, aludiendo a que "hay una epidemia de arquitectos del caos" que simplifican los debates sobre problemas complejos como la inmigración y la vivienda.
El compromiso del partido con la independencia fue reafirmado durante el evento, que culminó con una comida popular, reforzando el sentido de comunidad entre los asistentes y simbolizando el apoyo al exilio histórico en la región. El acto se convierte así en un símbolo de resistencia ante el endurecimiento de los discursos en materia política por parte de otros actores, en un escenario donde Junts se presenta como un partido que lucha por avanzar sin renunciar a su identidad.
Puigdemont aprovechó la ocasión para pedir al Tribunal Constitucional la retirada de la orden de detención que pesa sobre él, lo que afecta su capacidad para regresar a España. A pesar de un fallo favorable del Tribunal, su futuro judicial continúa incierto. Durante su intervención, advirtió que "el voto de Junts no se puede dar por descontado" y subrayó que la formación es un partido que "incomoda" a quienes "salen negociados de casa", especialmente en referencia al PSOE y a sus actuales aliados.
El expresidente lanzó un contundente mensaje a aquellos que lo han dado por muerto: "Que os zurzan, porque nosotros seguimos, vamos a la nuestra, que significa ir a la catalana". Este mensaje refleja un claro desafío a las presiones políticas en Madrid. Al mismo tiempo, evidenció la creciente incertidumbre de los pactos políticos en un espacio que cada vez es más complicado.
Las intervenciones durante el acto enfatizaron la necesidad de seguir luchando por derechos y libertades, reflejando una reivindicación de la independencia de Cataluña. Además, Puigdemont continuó la crítica a los discursos polarizados de los extremos, aludiendo a que "hay una epidemia de arquitectos del caos" que simplifican los debates sobre problemas complejos como la inmigración y la vivienda.
El compromiso del partido con la independencia fue reafirmado durante el evento, que culminó con una comida popular, reforzando el sentido de comunidad entre los asistentes y simbolizando el apoyo al exilio histórico en la región. El acto se convierte así en un símbolo de resistencia ante el endurecimiento de los discursos en materia política por parte de otros actores, en un escenario donde Junts se presenta como un partido que lucha por avanzar sin renunciar a su identidad.