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Bolivia condena a un año de prisión a dos jesuitas por encubrir casos de pederastia con al menos 500 víctimas
La sentencia marca un paso significativo en la lucha contra la impunidad en los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica en el país.
Publicado: 3 de septiembre de 2025, 12:37
Un tribunal boliviano ha condenado a un año de prisión a los sacerdotes jesuitas españoles Ramón Alaix y Marcos Recolons, por ocultar durante décadas casos de abusos sexuales a menores cometidos por el fallecido sacerdote Alfonso Pedrajas. Este fallo, emitido el 2 de septiembre de 2025, representa un hito legal en Bolivia, siendo la primera vez que se condena a miembros de alto rango de la orden jesuita por encubrimiento de estos abusos.
El caso emergió a la luz pública gracias a un diario del sacerdote Pedrajas, donde confesó haber abusado de al menos 85 menores entre 1972 y 2000. Sin embargo, la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes (CBS) sostiene que el número real de víctimas asciende a casi 200 y hay al menos otros cuatro procesos abiertos que involucran a alrededor de 500 víctimas en internados, colegios y áreas rurales de Bolivia. Con esta condena, se ha descrito un “precedente histórico” en la lucha contra la impunidad de los abusos clericales. A pesar de que la condena pudiera parecer simbólica, las implicaciones legales podrían abrir la puerta a otros procesos contra jesuitas implicados en encubrimientos.
El caso ha captado atención internacional, evidenciando la responsabilidad de la Iglesia Católica sobre abusos a menores en América Latina. Este fallo podría ser un primer paso hacia la rendición de cuentas, representando un microcosmos de los problemas más amplios que han afectado a la Iglesia en varios países. El juez que sentenció a Alaix y Recolons ha pedido a la Fiscalía que amplíe la investigación a otros altos cargos jesuitas por encubrir más casos de pederastia, lo que podría resultar en nuevas acusaciones y procesos legales en el futuro.
El caso emergió a la luz pública gracias a un diario del sacerdote Pedrajas, donde confesó haber abusado de al menos 85 menores entre 1972 y 2000. Sin embargo, la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes (CBS) sostiene que el número real de víctimas asciende a casi 200 y hay al menos otros cuatro procesos abiertos que involucran a alrededor de 500 víctimas en internados, colegios y áreas rurales de Bolivia. Con esta condena, se ha descrito un “precedente histórico” en la lucha contra la impunidad de los abusos clericales. A pesar de que la condena pudiera parecer simbólica, las implicaciones legales podrían abrir la puerta a otros procesos contra jesuitas implicados en encubrimientos.
El caso ha captado atención internacional, evidenciando la responsabilidad de la Iglesia Católica sobre abusos a menores en América Latina. Este fallo podría ser un primer paso hacia la rendición de cuentas, representando un microcosmos de los problemas más amplios que han afectado a la Iglesia en varios países. El juez que sentenció a Alaix y Recolons ha pedido a la Fiscalía que amplíe la investigación a otros altos cargos jesuitas por encubrir más casos de pederastia, lo que podría resultar en nuevas acusaciones y procesos legales en el futuro.