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BBVA y Banc Sabadell se acusan mutuamente ante la CNMV durante los últimos días de la opa, generando confusión entre los accionistas

Ambas entidades presentan denuncias sobre trabas y malas prácticas que dificultan el proceso de aceptación de la oferta pública de adquisición.

Publicado: 3 de octubre de 2025, 12:26

A medida que se aproxima el vencimiento de la opa (oferta pública de adquisición) del BBVA sobre el Banc Sabadell, la competencia y los conflictos entre ambas entidades han escalado, resultando en denuncias recíprocas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). BBVA denuncia que los accionistas que buscan realizar el canje de sus acciones se enfrentan a obstáculos y dificultades en las oficinas del Sabadell, incluyendo información engañosa sobre consecuencias fiscales y malas prácticas en el comportamiento del personal del Sabadell.

Por su parte, el Banc Sabadell ha afirmado que el BBVA también incurre en malas prácticas, proporcionando información limitada y enfatizando riesgos de mantener acciones del Sabadell. Ambas entidades están instando a accionistas a acudir a sus oficinas para facilitar el proceso de canje, mientras la incertidumbre sobre si se alcanzará el umbral necesario para completar la opa genera desconcierto y desconfianza entre inversores.

Recientemente, el presidente del BBVA, Carlos Torres, ha indicado que poseen “evidencias” de que los clientes del Banc Sabadell están teniendo dificultades para completar el canje, lo que subraya la gravedad de las acusaciones. Además, el Banco Sabadell ha llevado a cabo un estudio de 'mistery shopper' que revela que el BBVA no proporciona información completa sobre las implicaciones fiscales del canje a sus potenciales accionistas. Los resultados del estudio muestran que solo el 21% de las consultas realizadas por estos 'accionistas misteriosos' mencionaron espontáneamente el impacto fiscal del canje, y en un 32% de los casos, se negó que las plusvalías estuvieran sujetas a impuestos en el actual ejercicio fiscal.

La situación se complica con la proximidad de la fecha límite para aceptar la oferta programada para el 10 de octubre, aumentando la presión sobre ambas entidades para atraer a los inversores minoritarios y resolver las controversias respecto a la calidad de la información proporcionada. La CNMV aún no ha tomado ninguna decisión sobre las denuncias y se encuentra bajo presión para actuar rápidamente, ya que un retraso podría influir en las decisiones de los accionistas.