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Barcelona renueva el pavimento de la calle Pi i Margall tras un año y medio de estrenos con un millonario presupuesto
Las críticas a la decisión de reasfaltar la vía destacan la responsabilidad del gobierno anterior en la elección de materiales inadecuados.
Publicado: 11 de junio de 2025, 20:07
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado una inversión de casi un millón de euros para la renovación del pavimento de la calle Pi i Margall, que fue inaugurada en diciembre de 2023. Este cambio se justifica por un 'deterioro rápido e inusual' de la calzada, que ha presentado problemas severos, incluidos baches y desgaste de la pintura de señalización, en tan solo un año y medio de uso.
Los trabajos comenzarán a mediados de julio y se estima que durarán un mes y medio, afectando una superficie total de 5.621,20 m². La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, ha detallado que el mal estado del pavimento se atribuye a los materiales utilizados anteriormente, la pendiente de la calle y el tránsito de vehículos pesados. Se prevé que el nuevo pavimento ofrezca mejor resistencia y durabilidad.
Las críticas hacia la decisión del gobierno municipal han surgido, con líderes de partidos políticos expresando su desacuerdo. Tanto Janet Sanz como Jordi Martí Galbis han calificado la decisión de irresponsable, sugiriendo que el Ayuntamiento debería considerar la responsabilidad de las empresas de construcción previas en lugar de hacer cambios costosos. La situación ha generado ruido entre los ciudadanos, que se sienten decepcionados por la necesidad de esta renovación.
Los trabajos comenzarán a mediados de julio y se estima que durarán un mes y medio, afectando una superficie total de 5.621,20 m². La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, ha detallado que el mal estado del pavimento se atribuye a los materiales utilizados anteriormente, la pendiente de la calle y el tránsito de vehículos pesados. Se prevé que el nuevo pavimento ofrezca mejor resistencia y durabilidad.
Las críticas hacia la decisión del gobierno municipal han surgido, con líderes de partidos políticos expresando su desacuerdo. Tanto Janet Sanz como Jordi Martí Galbis han calificado la decisión de irresponsable, sugiriendo que el Ayuntamiento debería considerar la responsabilidad de las empresas de construcción previas en lugar de hacer cambios costosos. La situación ha generado ruido entre los ciudadanos, que se sienten decepcionados por la necesidad de esta renovación.