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Barcelona reduce el número de terminales de cruceros y limita su capacidad para enfrentar el turismo masivo antes de 2030
La reordenación contempla la eliminación de tres terminales y la construcción de una nueva terminal pública con mayor capacidad sostenible.
Publicado: 17 de julio de 2025, 20:36
El Puerto de Barcelona y el Ayuntamiento han llegado a un acuerdo para reordenar la actividad crucerista en la ciudad, lo que implicará reducir el número de terminales de siete a cinco antes de 2030. Este pacto busca mitigar el impacto del turismo en la capital catalana y responde a la creciente preocupación por la masificación turística.
Se eliminarán las terminales A, B y C, las más antiguas, para dar paso a una nueva terminal pública con capacidad para recibir hasta 7,000 pasajeros simultáneamente, lo que significará una disminución del 16% en la capacidad máxima prevista de cruceristas. Esta inversión también contempla medidas adicionales que apuntan a mejorar la calidad ambiental del entorno, con un enfoque en prácticas sostenibles para las operaciones portuarias. La reordenación tiene un enfoque en la sostenibilidad, con una inversión de 185 millones de euros en la rehabilitación del muelle y nuevas instalaciones para reducir las emisiones de los barcos.
A pesar de estas medidas, se advierte que los efectos de la disminución de cruceristas no serán inmediatos. Aunque el nuevo protocolo busca limitar el crecimiento, quedan incógnitas sobre el impacto real que tendrá en el número de cruceristas. La nueva terminal comenzará a funcionar de forma parcial en 2028 y el cierre de las terminales antiguas comenzará en 2026. Además, se considera la implementación de tecnologías de energía limpia para los buques que atracan en el puerto, priorizando aquellos que cumplan estándares ambientales más estrictos.
Se eliminarán las terminales A, B y C, las más antiguas, para dar paso a una nueva terminal pública con capacidad para recibir hasta 7,000 pasajeros simultáneamente, lo que significará una disminución del 16% en la capacidad máxima prevista de cruceristas. Esta inversión también contempla medidas adicionales que apuntan a mejorar la calidad ambiental del entorno, con un enfoque en prácticas sostenibles para las operaciones portuarias. La reordenación tiene un enfoque en la sostenibilidad, con una inversión de 185 millones de euros en la rehabilitación del muelle y nuevas instalaciones para reducir las emisiones de los barcos.
A pesar de estas medidas, se advierte que los efectos de la disminución de cruceristas no serán inmediatos. Aunque el nuevo protocolo busca limitar el crecimiento, quedan incógnitas sobre el impacto real que tendrá en el número de cruceristas. La nueva terminal comenzará a funcionar de forma parcial en 2028 y el cierre de las terminales antiguas comenzará en 2026. Además, se considera la implementación de tecnologías de energía limpia para los buques que atracan en el puerto, priorizando aquellos que cumplan estándares ambientales más estrictos.