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Australia marca un hito global al prohibir redes sociales a menores de 16 años, mientras que España considera seguir su ejemplo en pro de la salud mental juvenil.
Un evento que ha desencadenado un intenso debate sobre la seguridad online y el impacto de las redes en la salud mental de los adolescentes.
Publicado: 19 de diciembre de 2025, 00:03
Desde el 10 de diciembre de 2025, Australia se ha convertido en el primer país en establecer una ley que prohíbe el acceso a las redes sociales para menores de 16 años, basado en preocupaciones sobre la salud mental y bienestar de los adolescentes. La normativa obliga a plataformas como Facebook y TikTok a implementar medidas de verificación de edad y enfrentar multas si no cumplen. El primer ministro, Anthony Albanese, destacó que esta medida busca proteger a los niños del ciberacoso y contenido violento, aunque ha sido objeto de críticas, incluyendo preocupaciones sobre la posibilidad de que esta prohibición lleve a los adolescentes a plataformas menos seguras.
Las repercusiones de la legislación australiana están siendo observadas por otros países, como España, donde el gobierno planea adoptar restricciones similares para 2026, buscando implementaciones de verificación para proteger a los menores. Expertos subrayan que muchos adolescentes usan estas plataformas no solo para socializar, sino también para encontrar apoyo emocional, lo que complica el análisis del impacto de estas restricciones en su bienestar.
Las medidas australianas y las discusiones en España reflejan una tendencia global hacia la regulación digital enfocada en la salud y seguridad de los jóvenes, provocando debates sobre la libertad de expresión y los derechos digitales.
Las repercusiones de la legislación australiana están siendo observadas por otros países, como España, donde el gobierno planea adoptar restricciones similares para 2026, buscando implementaciones de verificación para proteger a los menores. Expertos subrayan que muchos adolescentes usan estas plataformas no solo para socializar, sino también para encontrar apoyo emocional, lo que complica el análisis del impacto de estas restricciones en su bienestar.
Las medidas australianas y las discusiones en España reflejan una tendencia global hacia la regulación digital enfocada en la salud y seguridad de los jóvenes, provocando debates sobre la libertad de expresión y los derechos digitales.