Progresista 88%Conservador 12%
Aumento de la tensión militar entre Estados Unidos y Venezuela: Trump despliega cazabombarderos en el Caribe y evoca la invasión de Panamá
La escalada militar de EE.UU. en el Caribe busca intimidar a Maduro mientras se cuestiona la veracidad de sus acusaciones contra Venezuela.
Publicado: 7 de septiembre de 2025, 06:33
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha alcanzado un nuevo nivel crítico, con el despliegue de cazabombarderos F-35 por parte del Departamento de Defensa de EE.UU. en Puerto Rico, coincidiendo con la escalada militar en el Mar Caribe. Donald Trump ha ordenado a sus fuerzas armadas derribar aviones venezolanos que sobrevuelen buques de guerra estadounidenses, en medio de acusaciones de que Venezuela está enviando drogas a EE.UU. y ofreciendo recompensas por la captura de Nicolás Maduro.
Maduro ha rechazado las acusaciones, instando a dudar de las afirmaciones de Trump y sugiriendo que el presidente estadounidense busca derrocar su gobierno. Se establece un paralelo con la invasión de Panamá en 1989, evocada por Trump en su discurso, aunque expertos advierten que una invasión de Venezuela sería complicada. A pesar de la retórica bélica, existen colaboraciones entre ambos países en áreas como deportaciones y operaciones petroleras, sugiriendo que la militarización puede ser más un intento de presión económica que un preludio a una intervención militar.
Analistas sugieren que la movilización militar de EE.UU. incluye un despliegue significativo, con hasta 4.000 marines en ocho buques cerca de la costa venezolana. Esto se ha visto como una medida para proyectar poder en la región, mientras la Casa Blanca prepara el anuncio de nuevas sanciones en contra de la Dirección de Contrainteligencia Militar de Venezuela, calificándola como organización terrorista. La presión podría intensificarse cuando se convoque la Asamblea General de la ONU en unos días, donde se espera que el presidente Trump comparta más detalles de esta estrategia. La ofensiva ha sido definida por Marco Rubio y Scott Bessent como una forma de frenar el tráfico de drogas y como parte de una estrategia más amplia para cambiar el régimen de Maduro.
Las acciones de EE.UU. parecen más orientadas a provocar un cambio de comportamiento en el régimen de Maduro que generar un conflicto directo, aunque desde Caracas se ha llamado a la movilización de más de 8 millones de milicianos voluntarios para defender la patria. Sin embargo, las alianzas simbólicas y las colaboraciones continúan en el trasfondo, lo que hace que la situación sea aún más compleja y contradictoria.
Maduro ha rechazado las acusaciones, instando a dudar de las afirmaciones de Trump y sugiriendo que el presidente estadounidense busca derrocar su gobierno. Se establece un paralelo con la invasión de Panamá en 1989, evocada por Trump en su discurso, aunque expertos advierten que una invasión de Venezuela sería complicada. A pesar de la retórica bélica, existen colaboraciones entre ambos países en áreas como deportaciones y operaciones petroleras, sugiriendo que la militarización puede ser más un intento de presión económica que un preludio a una intervención militar.
Analistas sugieren que la movilización militar de EE.UU. incluye un despliegue significativo, con hasta 4.000 marines en ocho buques cerca de la costa venezolana. Esto se ha visto como una medida para proyectar poder en la región, mientras la Casa Blanca prepara el anuncio de nuevas sanciones en contra de la Dirección de Contrainteligencia Militar de Venezuela, calificándola como organización terrorista. La presión podría intensificarse cuando se convoque la Asamblea General de la ONU en unos días, donde se espera que el presidente Trump comparta más detalles de esta estrategia. La ofensiva ha sido definida por Marco Rubio y Scott Bessent como una forma de frenar el tráfico de drogas y como parte de una estrategia más amplia para cambiar el régimen de Maduro.
Las acciones de EE.UU. parecen más orientadas a provocar un cambio de comportamiento en el régimen de Maduro que generar un conflicto directo, aunque desde Caracas se ha llamado a la movilización de más de 8 millones de milicianos voluntarios para defender la patria. Sin embargo, las alianzas simbólicas y las colaboraciones continúan en el trasfondo, lo que hace que la situación sea aún más compleja y contradictoria.