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Asia enfrenta una crisis humanitaria y laboral por inundaciones devastadoras vinculadas al cambio climático
Más de 1.600 muertos y millones de afectados dejan en evidencia la vulnerabilidad de la región ante eventos climáticos extremos.
Publicado: 5 de diciembre de 2025, 11:55
En las últimas semanas, Asia ha sido escenario de desastres naturales devastadores que han causado más de 1.600 muertes en países como Indonesia, Sri Lanka y Tailandia. Estos fenómenos, atribuibles al cambio climático, impactan severamente la economía y la salud de los trabajadores, con Indonesia registrando 846 muertes y 3,5 millones de afectados. La situación se complica con proyecciones de más lluvias, lo que dificulta las labores de rescate.
Tailandia ha sufrido 276 muertes y más de cuatro millones de afectados por inundaciones, mientras que Sri Lanka enfrenta una crisis humanitaria severa. Además, el cambio climático afecta negativamente la salud mental y la productividad de miles de trabajadores, con más de 1.000 millones de personas sufriendo impactos en su salud física y mental debido a altas temperaturas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte sobre la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, lo que incrementa la presión sobre los sistemas de respuesta. Las pérdidas económicas superan los 12.000 millones de dólares en conjunto entre los tres países, con la comunidad internacional preocupada por la necesidad urgente de mejorar la infraestructura de preparación ante desastres y asegurar financiamiento climático.
Tailandia ha sufrido 276 muertes y más de cuatro millones de afectados por inundaciones, mientras que Sri Lanka enfrenta una crisis humanitaria severa. Además, el cambio climático afecta negativamente la salud mental y la productividad de miles de trabajadores, con más de 1.000 millones de personas sufriendo impactos en su salud física y mental debido a altas temperaturas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte sobre la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, lo que incrementa la presión sobre los sistemas de respuesta. Las pérdidas económicas superan los 12.000 millones de dólares en conjunto entre los tres países, con la comunidad internacional preocupada por la necesidad urgente de mejorar la infraestructura de preparación ante desastres y asegurar financiamiento climático.