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Aplazamiento del desahucio de Maricarmen, mujer de 87 años, marca una victoria en la lucha por los derechos de vivienda
El desalojo previsto para el 29 de octubre se suspende debido a la presión social y el apoyo de organizaciones vecinales.
Publicado: 28 de octubre de 2025, 20:24
La historia de Maricarmen, una anciana de 87 años que ha vivido en su hogar del barrio del Retiro en Madrid durante los últimos 70 años, ha captado la atención de la opinión pública en los últimos días, culminando en el aplazamiento de su desahucio, programado inicialmente para el 29 de octubre. Este aplazamiento es producto de la intensiva movilización social y la presión ejercida por el Sindicato de Inquilinas de Madrid y diferentes colectivos que defienden el derecho a la vivienda ante la especulación inmobiliaria.
Maricarmen ha presentado documentación que demuestra su situación de vulnerabilidad, enfrentando un incremento desproporcionado del alquiler que ha pasado de 440 a 1,650 euros mensuales, lo que supera su pensión. La movilización social que ha rodeado su caso ha dado lugar a protestas y una significativa visibilidad mediática, haciendo que su situación se convierta en un símbolo de resistencia frente a la especulación inmobiliaria. Los ciudadanos han exigido que Maricarmen pueda permanecer en su hogar, criticando la expulsión de inquilinos ante el lucro empresarial.
Por el momento, el desahucio de Maricarmen está suspendido, y su historia continúa sirviendo como una poderosa llamada a la acción en la búsqueda de derechos de vivienda y la movilización comunitaria contra la especulación, resaltando la desconexión institucional sobre la situación de los inquilinos vulnerables.
Maricarmen ha presentado documentación que demuestra su situación de vulnerabilidad, enfrentando un incremento desproporcionado del alquiler que ha pasado de 440 a 1,650 euros mensuales, lo que supera su pensión. La movilización social que ha rodeado su caso ha dado lugar a protestas y una significativa visibilidad mediática, haciendo que su situación se convierta en un símbolo de resistencia frente a la especulación inmobiliaria. Los ciudadanos han exigido que Maricarmen pueda permanecer en su hogar, criticando la expulsión de inquilinos ante el lucro empresarial.
Por el momento, el desahucio de Maricarmen está suspendido, y su historia continúa sirviendo como una poderosa llamada a la acción en la búsqueda de derechos de vivienda y la movilización comunitaria contra la especulación, resaltando la desconexión institucional sobre la situación de los inquilinos vulnerables.