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Análisis del consumo de alimentos frescos en España revela diferencias significativas y aumento de precios en junio.

Las comunidades autónomas presentan variaciones en los hábitos de compra y el gasto, mientras algunos productos sufren un notable incremento de precios.

Publicado: 16 de junio de 2025, 12:27

En junio de 2025, un análisis del consumo de productos frescos en España ha puesto de manifiesto la considerable variabilidad en hábitos de compra y gasto entre las diferentes comunidades autónomas. Este estudio, llevado a cabo por el 'Observatorio de frescos de Aldi' en colaboración con Kantar Worldpanel, indica que el gasto medio nacional en alimentos frescos asciende a 2.098 euros anuales; sin embargo, las diferencias son notables, con el País Vasco liderando con un promedio de 2.608 euros, mientras que Canarias refleja el menor desembolso con 1.689 euros.

Los hábitos de compra están profundamente influenciados por la cultura culinaria y el acceso local a productos frescos. En Cataluña, el gasto medio en productos frescos es de 2.322 euros, y se ha notado un incremento en la compra de alimentos en el último año. A este contexto de consumo se añade un análisis de Facua sobre el aumento de precios de ciertos alimentos en los supermercados, donde productos como zanahorias, patatas y lechugas han registrado los mayores incrementos, afectando el presupuesto familiar. Además, reciente información de un gran estudio europeo ha revelado que el 4,1% de las ensaladas en bolsa está contaminado con el parásito Toxoplasma gondii, lo que representa un riesgo para la salud pública y potencia la importancia de consumir productos frescos bien lavados y preparados.

La Comunidad Valenciana ha visto que los consumidores priorizan productos locales y de temporada, mientras que en Andalucía se ha reportado una tendencia hacia la cocina casera. En este panorama de consumo, la implementación de tecnologías innovadoras, como etiquetas inteligentes que indican la frescura de los alimentos, también está emergiendo como una solución para combatir el desperdicio y las intoxicaciones alimentarias. Este enfoque no solo muestra patrones de consumo diversos por región, sino también el impacto directo de las fluctuaciones del mercado en la economía familiar, reflejando el pluralismo del consumo alimentario en España.