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Amazon y Telefónica reducen despidos en sus EREs en Barcelona y España, reflejando los desafíos laborales actuales.
Ambos procesos están marcados por la automatización y la búsqueda de consensos con los sindicatos, pero difieren en el alcance y condiciones.
Publicado: 25 de diciembre de 2025, 00:40
En un contexto de transformación laboral impulsada por la automatización, Amazon ha reducido los despidos en su ERE de 791 trabajadores en Barcelona, lo que representa una disminución del 19% de las cifras inicialmente planteadas. Este ajuste es parte de una reestructuración global que implica aproximadamente 14,000 despidos a nivel mundial, correlacionados con la implementación de inteligencia artificial. Los afectados recibirán una indemnización mínima de 7,000 euros, junto con opciones laborales para mitigar el impacto de la pérdida de empleo.
Por su parte, Telefónica ha ajustado su ERE para reducir las salidas a 4,554 empleados, un 25% menos que los 6,088 inicialmente previstos. Este cambio busca equilibrar la plantilla y mejorar el rendimiento a largo plazo, asegurando que todas las salidas sean voluntarias. La empresa ha expresado su compromiso de crear nuevos puestos de trabajo en el futuro.
Ambas compañías han subrayado la necesidad de adaptarse a un entorno laboral en evolución, donde la automatización es un factor clave. Este contexto de cambios estructurales en el empleo destaca las tensiones entre la competitividad empresarial y la responsabilidad social, especialmente en momentos donde la digitalización continúa ganando terreno.
Por su parte, Telefónica ha ajustado su ERE para reducir las salidas a 4,554 empleados, un 25% menos que los 6,088 inicialmente previstos. Este cambio busca equilibrar la plantilla y mejorar el rendimiento a largo plazo, asegurando que todas las salidas sean voluntarias. La empresa ha expresado su compromiso de crear nuevos puestos de trabajo en el futuro.
Ambas compañías han subrayado la necesidad de adaptarse a un entorno laboral en evolución, donde la automatización es un factor clave. Este contexto de cambios estructurales en el empleo destaca las tensiones entre la competitividad empresarial y la responsabilidad social, especialmente en momentos donde la digitalización continúa ganando terreno.