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Álvaro Uribe, el primer expresidente colombiano condenado, enfrenta años de prisión y una intensa polarización política

La sentencia histórica por corrupción agita el panorama político en Colombia; los defensores de Uribe claman persecución política.

Publicado: 29 de julio de 2025, 19:29

En un fallo judicial sin precedentes en la historia de Colombia, el ex presidente Álvaro Uribe fue condenado por soborno a testigos y fraude procesal, convirtiéndose así en el primer mandatario en la historia del país en recibir tal sentencia. La jueza de Bogotá, Sandra Heredia, dictó la decisión tras un juicio que se extendió por más de diez horas.



El tribunal estableció que Uribe manipuló testimonios para desviar las acusaciones de vínculos con grupos paramilitares. La pena mínima de prisión podría oscilar entre cuatro y ocho años, con la posibilidad de cumplirla en régimen de prisión domiciliaria, aunque la fiscal del caso, Marlene Orjuela, ha solicitado una pena de nueve años junto a una multa de 400.000 dólares. La defensa de Uribe ha anunciado su intención de apelar, prolongando el proceso legal.



El fallo ha exacerbado la polarización política en Colombia. Sus seguidores consideran que es una persecución política, mientras que sus detractores celebran el avance ante una figura influyente. Las reacciones a la sentencia han sido diversas, destacándose el apoyo de expresidentes y críticas de actores internacionales sobre la situación judicial en el país. Marco Rubio, secretario de Estado de EE.UU., calificó como un "delito" el haber defendido a su patria, indicando que la instrumentalización del poder judicial establece un preocupante precedente



El impacto del fallo también se siente en el contexto electoral, ya que el 2026 se acerca rápidamente. Los analistas políticos están divididos sobre si esta condena resultará en un debilitamiento del Centro Democrático, partido de Uribe, o si por el contrario, fortalecerá su base de apoyo, como se ha visto históricamente en situaciones de crisis. Iván Cepeda, reconocido como víctima en el juicio, ha insinuado aspiraciones presidenciales tras vencer al "hombre más poderoso del país" domingo, mientras el presidente Gustavo Petro sugiere la posibilidad de que Uribe se someta a mecanismos de reparación de víctimas, una propuesta que Uribe rechaza firmemente.



Las elecciones legislativas y presidenciales en Colombia están programadas para marzo y mayo de 2026 respectivamente, lo que agrega un nuevo nivel de complejidad a la ya tensa atmósfera política. Algunos analistas creen que, dependiendo de cómo avance el caso y la estrategia política del uribismo, esto podría polarizar aún más el electorado colombiano.



El proceso judicial contra Uribe ha reavivado debates sobre la justicia transicional en Colombia, especialmente a la luz de los vínculos del exmandatario con el paramilitarismo y las acusaciones de ejecuciones extrajudiciales que marcaron su mandato. En medio de la controversia, la lucha por el legado político de Uribe sigue viva en sus bastiones, donde aún refleja un fervor casi religioso.