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Acusaciones de abuso sexual contra Ramón Flecha, catedrático de la UB, generan polémica y demandas judiciales
El caso de Flecha pone en el centro de atención el funcionamiento del grupo de investigación CREA y su historia de controversias.
Publicado: 4 de julio de 2025, 07:49
Ramón Flecha, catedrático emérito de la Universidad de Barcelona (UB), ha sido acusado por un grupo de 14 mujeres universitarias de abuso sexual y mantener relaciones desiguales con sus alumnas, con denuncias que se remontan entre 2000 y 2019. Las denunciantes relatan que Flecha solicitaba citas y masajes, lo que ha llevado a una salida de investigadores del grupo CREA, fundado por él, que ya no está adscrito a la UB desde 2020.
La situación se agrava con la persecución judicial que Flecha mantiene contra el diario ARA, que publicó sobre estas denuncias en 2016. Flecha niega las acusaciones y se defiende argumentando su récord en la defensa de las víctimas. La UB ha recibido comunicaciones legales sobre el caso y ha estado bajo críticas por su manejo del grupo CREA, lo que llevó a la actualización de su código ético para prohibir relaciones entre alumnado y personal docente.
El caso de Flecha ha provocado llamados a una revisión más estricta del CREA, evidenciando la ambigüedad entre lo personal y profesional que pudo facilitar comportamientos inadecuados. El futuro de este escándalo y su repercusión en la comunidad académica seguirá siendo objeto de análisis mientras las denuncias siguen siendo investigadas.
La situación se agrava con la persecución judicial que Flecha mantiene contra el diario ARA, que publicó sobre estas denuncias en 2016. Flecha niega las acusaciones y se defiende argumentando su récord en la defensa de las víctimas. La UB ha recibido comunicaciones legales sobre el caso y ha estado bajo críticas por su manejo del grupo CREA, lo que llevó a la actualización de su código ético para prohibir relaciones entre alumnado y personal docente.
El caso de Flecha ha provocado llamados a una revisión más estricta del CREA, evidenciando la ambigüedad entre lo personal y profesional que pudo facilitar comportamientos inadecuados. El futuro de este escándalo y su repercusión en la comunidad académica seguirá siendo objeto de análisis mientras las denuncias siguen siendo investigadas.